Thursday, July 18, 2024

El Padrenuestro Explicado Parte 1 de 4


 El Padrenuestro Explicado

Parte 1 de 4

 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6:6-7

 

Intentamos rever la Oración del Señor, y para iniciar el arduo pero gratificante camino debemos comenzar con estos versículos iniciales donde nuestro Señor trata sobre el deber de la oración y la necesidad de pasar mucho tiempo haciéndolo.

Al comienzo del capítulo, nuestro Señor reprocha la hipocresía de los fariseos, que se hacía evidente en todos sus deberes: sus limosnas, sus oraciones y sus ayunos.

I.        En cuanto a sus limosnas: Cristo, nuestro Señor trata de esto en los primeros cuatro versículos. Parece que era costumbre de los fariseos, cuando daban limosna, tocar una trompeta con la pretensión de que todos los pobres pudiesen oír el llamado, al avisar que tal rabino daba limosna ese día.

Ahora, nuestro Señor al hablar del toque de trompeta de los fariseos nos recuerda al toque que se hará cuando el arcángel haga sonar el instrumento de acuerdo a lo dicho en 1 Tesalonicenses 4:16:

 “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios…”

 

Porque si bien era se pretendía pretensión de llamar a los pobres, en su corazón el deseo era únicamente su propia gloria, su estima.

Aquí persuade a sus discípulos a poner toda discreción en esta tarea, y a contentarse con la aprobación de Dios, que será abierta, manifiesta y suficientemente honorable a su debido tiempo, cuando el arcángel toque la trompeta para reunir a todo el mundo, y Cristo publique sus buenas obras ante la audiencia de los hombres; mientras, lo de las limosnas lo trata en Mateo 25: 34-36, en lo que tiene que ver con dar o no dar.

 

II.      En cuanto a sus oraciones: Cristo reprende su afán por recibir aplausos, porque buscaban lugares de gran concurrencia: las sinagogas y las esquinas de las calles, y allí se ponían en postura de oración, para ser vistos por los hombres y parecer personas de gran devoción, y así poder lograr sus grandes audiencias, sus puestas en escena públicas como majestuosos escenario (pues los fariseos eran grandiosos artistas en ese sentido), pues buscaban ser conocidos y elegidos para administrar privadamente los bienes de las viudas, para que se les confiara su administración, como también de los huérfanos, fingiendo ser hombres devotos, de gran santidad y piedad.

 

III.    En esta práctica cometían esencialmente dos pecados:

1.      En cuanto al lugar, al hacer una oración personal y solitaria en un lugar público, lo cual era sumamente indecoroso, y una puesta en escena, hecha meramente como introducción para recibir el público aplauso. Y ciertamente esa oración, pública a propósito, al igual que las que los hombres usan en las iglesias, era justamente reprendida por nuestro Señor.

2.      Su siguiente pecado era en cuanto a su propósito: “Ciertamente lo hacen para ser vistos por los hombres.”

Podemos objetar: Pero ¿qué falla había en esto? ¿No nos dirige Cristo mismo, en su Sermón, Mateo versículo 16:

“¿Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”?

Y sin embargo, aquí se reprende a los fariseos por orar, ayunar y dar limosnas, para ser vistos por los hombres; ¿cómo pueden conciliarse estos pasajes?

 A modo de respuesta: Debemos distinguir el propósito e intención diferente de Cristo en estos dos pasajes. Allí, el propósito de Cristo es encomendar y ordenar buenas obras para ser vistas por los hombres, para su edificación; aquí, su propósito es prohibirnos hacer buenas obras para ser vistos por los hombres, para nuestra propia ostentación.

Allí, la caridad cristiana hacia las almas de los hombres es encomiada; y aquí, se prohíbe la vanagloria.

Nuevamente, las buenas obras deben ser distinguidas. Algunas lo son verdaderamente y de hecho; otras solo en apariencia exterior. Las buenas obras que lo son verdaderamente y de hecho, Cristo las ordena; en cambio los actos hipócritas y fingidos, que solo son así en apariencia, están prohibidos aquí.

Orar es una buena obra, tomando los actos internos y externos juntos, y así está ordenado. Pero la oración hipócrita y supersticiosa, que solo tiene la apariencia de bondad, está prohibida.

3.      Debemos distinguir los fines de las buenas obras; principales y subordinados; adecuados e inadecuados. Primero, el fin principal y primario de las buenas obras no debe ser que seamos vistos por los hombres, sino la gloria de Dios; pero ahora el fin subordinado, o menos principal, puede ser ser vistos por los hombres.

No debe ser nuestro fin adecuado, es decir, nuestra intención y propósito principal y total; pero puede ser un fin colateral y secundario. Una cosa es hacer buenas obras, solo para ser vistos; otra cosa es hacer buenas obras, para que no solo sean vistas, sino también imitadas, para ganar a otros con ellas para dar gloria a Dios.

Una cosa es hacer buenas obras para la gloria de Dios, otra cosa es hacerlas para nuestra propia gloria. Podemos hacer buenas obras para ser vistos en el primer sentido, pero no en el último.

No debemos orar con los fariseos meramente para ser vistos por los hombres, pero podemos dejar que nuestra luz brille ante los hombres, para atraerlos al deber, y dar más gloria a Dios.

 

4.      Otra, allí Cristo habla de la inclinación general de nuestra conversación, y aquí solo de deberes particulares y privados. Sería demasiado hipócrita hacer estos en público, aunque todo el marco y curso de nuestra conducta ante los hombres debe ser religioso a su vista.

Y eso es acorde con lo que dice el apóstol, 2 Corintios 8:21

 “procurando hacer las cosas honradamente, no solo delante del Señor sino también delante de los hombres”.

Y, Filipenses 2:15 “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo

Se aconseja a los cristianos ser 'irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, en medio de una generación torcida y perversa, resplandeciendo entre ellos como luces en el mundo.' Aquello que es obvio a la vista y observación de los hombres, debe ser tal que se adecue a nuestro santo llamamiento.

Pero nuestros deberes privados y particulares, entre Dios y nosotros, estos deben estar fuera de la vista. Espero que otro hombre pueda demostrar ser honesto y religioso para mí, aunque no se postre y haga sus oraciones personales y privadas ante mí.

Pero para no dejar ninguna duda, si es posible; debemos distinguir las diversas significaciones de esa frase que se usa aquí, para que podamos ser vistos. Hay un doble sentido de, o para que. Puede tomarse de dos maneras, como dicen, ya sea causal o eventualmente.

Causalmente, y entonces implica y significa el fin y propósito por el cual hacemos tal cosa, a saber, para este mismo propósito, que podamos obtenerlo. Y así los fariseos aquí oraban, para que ellos pudieran ser vistos por los hombres, es decir, este era su fin y propósito principal. Así se toma causalmente.

En segundo lugar, 'para que' a veces se toma eventualmente, y entonces no importa el fin y propósito, sino solo el evento que ocurrirá y seguirá a tal cosa.

Así se toma a menudo en la Escritura. Juan 9:39: Cristo dice allí:

Dijo Jesús: “Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados”.

No era el propósito de Cristo hacer esto, pero Cristo previó que este sería el resultado de su venida al mundo, y, por lo tanto, dice, que, etc.

Así también en Lucas 14:10: Cristo les dice:

“Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar; para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.”  

Eso se toma eventualmente, no causalmente; porque Cristo no les manda allí a sentarse en el lugar menos relevante de la mesa, con este fin, o para hacer de esto su propósito, lo que él prohíbe: es la afectación de precedencia; entonces seguirá, es decir, es probable que este sea el resultado; entonces el amo de la casa vendrá a ti si haces esto.

No debe ser tu propósito fingir humildad, para que puedas obtener el lugar más alto en la mesa.

Y así pueden tomarse las palabras de Cristo, “Así alumbre vuestra luz,” etc. Esto seguirá entonces: los hombres serán conscientes de tu conducta cristiana y comportamiento gracioso, y por ese medio Dios será muy honrado y glorificado.

Allí se toma eventualmente, pero aquí se toma causalmente. Los fariseos lo hicieron para ser vistos por los hombres; es decir, este era su propósito y su intención principal. Y así puedes reconciliar estos dos pasajes de la Escritura.

Bien, ahora, Cristo habiendo reprochado a los fariseos por estos dos errores: por su lugar indebido, la sinagoga y las esquinas de las calles siendo inadecuadas para un acto privado y personal de adoración; y por su fin, que era ser vistos por los hombres, —dice, 'Ya tienen su recompensa.' Es decir, la deuda completa está pagada, no pueden reclamar nada más a manos de Dios.

Dios no quedará en deuda con ninguna de sus criaturas.

Como ellos tienen lo que buscaban, no deben esperar más, deben contentarse con su moneda. La frase se toma prestada de los asuntos de contrato entre hombre y hombre, y es una palabra propia de aquellos que dan un recibo por una deuda.

Como los acreedores y prestamistas, cuando se les paga la suma total que se les debe, entonces no pueden exigir más; así aquí deben contentarse con los vacíos y vanos aplausos de la vanagloria, y alimentarse del insípido aliento del pueblo: no pueden esperar más de Dios, porque el contrato está cancelado, y ya han recibido su recompensa completa.

Sigue en parte 2


         Si te ha servido para clarificar conceptos, comparte, como nosotros lo hacemos.

 Bendiciones

Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

  Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com

 Puedes encontrar este artículo en:

Iglesia Heroes de la fe: El Padrenuestro Explicado Parte 1 de 4

No comments:

Post a Comment