Saturday, June 22, 2024

Lo que no quiero, eso hago

 


Lo que no quiero, eso hago

En cierta ocasión, un autoproclamado, ordenado apóstol, dijo algo que me llamó la atención, que David era hijo de un adulterio de su padre Isaí, de acuerdo con el salmo 51:5:

“He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre”.

Aquello me sonó sumamente raro, que David, un hombre de acuerdo con el corazón de Dios, que nunca mencionara haber sido hijo de adulterio, es más, que nunca la Biblia lo mencionara, fuera efectivamente así.

 Yo había visto a esa persona, supuestamente un hombre santo, hacer milagros delante de las cámaras, como estirar piernas, más cortas de nacimiento.

Callé y lo guardé mi mente, hasta que un dia, alguien apreciado, una persona cristiana, que amaba a su cónyuge, me dijo que ella se comportara contrario a lo que expresaba, es decir, su amor por Dios, su conocimiento de las escrituras, y además, su amor por él.

Es decir, ¿cómo alguien aparentemente bueno, hace lo malo? ¿Como alguien que ama, hiere al mismo tiempo? ¿Quién es bueno?

Eso fue mas que suficiente para ponerme a escudriñar las escrituras. Y hete aquí que La Palabra me aclaró el asunto.

Comencemos por un versículo del propio Jesucristo:

“Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios. Lucas 18:19”

Es el mismísimo hijo de Dios que está diciendo que hay uno solo bueno, y no está en la tierra. ¿Cristo no es bueno? Claro que lo es. Pero el joven que lo llama “bueno”, le pregunta al maestro terrenal, por ende, no cree en la divinidad de Cristo. Lo ve como un hombre, y claro, como hombre es imposible aceptar ese halago, sólo Dios se merece ese honor.

Es más, ni los propios fariseos se atrevían a usar el término bueno en nada terrenal.

No hay persona buena. Dios lo dijo en el salmo 14: “Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.

Allí volvemos a lo que dijo David “en pecado me concibió mi madre”. El rey pastor se refería al pecado de nacer, al pecado de Adán, con el que todos venimos al mundo.

Ahora vayamos al Capítulo 7 de Romanos, donde Pablo se hace la misma pregunta sobre sí mismo, retóricamente, para no apuntar con el dedo a nadie, se usa a sí mismo como ejemplo.

“Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado.  Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.” Romanos 7:14-15

Este pasaje es inculpatorio, pero sumamente saludable para el cristiano. Salvo que neguemos lo que acabamos de leer.

No queremos hacer cosas malas, pecar, pero lo hacemos.

Sigamos leyendo:

“De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Romanos 7:17-20

Pablo remata su auto análisis en forma contundente, se ataca a sí mismo, a una parte de él que no entiende como puede, aun queriendo no hacer lo malo, seguir haciéndolo:

“Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 Pero veo que, aunque mi mente la acepta, en mi cuerpo hay otra ley que lucha contra la ley de Dios. Esa otra ley es la ley que impone el pecado. Esa ley vive en mi cuerpo y me hace prisionero del pecado” Romanos 7: 23

Esa ley vive en mi cuerpo, como un virus latente, imposible de matar. Esta es la respuesta a la pregunta conque comenzamos. Hay algo terriblemente malo en nosotros que debe ser controlado constantemente.

La mente lucha contra nuestra propia maldad todo el tiempo. Contra nuestros deseos pecaminosos.

Y no vamos a dramatizar, deseos pecaminosos pueden ser ver la televisión todo el tiempo, enojarnos porque nos obligan a llegar tarde a un lugar, la ira que en nosotros provoca, malgastar el tiempo con el celular, es decir, casi todo debe ser traído a los pies de Cristo.

El apóstol se da a si mismo el golpe de gracia:

“¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” Romanos 7:24

Y finaliza la idea con la preciosa salvación de Cristo:

“¡Dios me salvará! Le doy gracias a él por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 7:25

 

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Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S

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Wednesday, June 19, 2024

QEPD

 



QEPD

“Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento”. Eclesiastés 7:1

“De hecho, sabemos que, si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas”.  2 Corintios 5:1

 

Acaba de morir un amigo del alma. Siendo redundante a propósito, él era un alma buena, que no buscaba los suyo, como tampoco el ser alagado por sus buenas obras. Desprendido, sonriente, amable, todo un santo, como decimos acá en la tierra.

Buscando palabras para expresar a los vivos mi sentir, sin negar mi fe, encuentro que no hay nada que decir al muerto: no ve, no escucha, no siente, no oye. Tampoco hay nada para desearle al muerto, nada que influya en el proceso de su cuerpo en descomposición, nada que cambie el destino de su alma.

Entonces ¿qué decir?

Usamos (usan) el cliché: QEPD, Que En Paz Descanse. Así nos sentimos satisfechos, no arriesgamos ninguna expresión que pueda ofender.

Estamos tristes, pero se nos pasa.

El amigo permanece en la memoria de unos pocos, hasta que estos también mueren.

Pronto.

¿Pronto? ¿Satisfechos?

SI fuera yo, me daría la oportunidad de pensar hacia dónde va el amigo, su alma, su espíritu, por si las moscas, por si acaso fuera verdad que “va a descansar en paz”.

A menudo, en los funerales, se cita al salmista David en su Salmo 23: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;”

Pero el salmista apunta al consuelo del vivo, no del muerto.

Hay una sola respuesta comprobada como cierta, esta es la resurrección, vista en Jesucristo.

Pero para ello hay que creer en vida. De nada valen los consuelos, las misas, u otras ocultas prácticas de comunicación con los muertos.

Le dijo Jesús: “yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. Juan 11:25

 

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Tuesday, June 18, 2024

Cuando venga lo perfecto


 Cuando venga lo perfecto

Parte 1 de 4

“...más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.”1 Corintios 13:10

 "Lo perfecto" es un Ser que ha comprendido e incluido todas las cosas en Sí mismo y en Su propia Sustancia, y sin quien, y además de quien, no hay verdadera Sustancia, y en quien todas las cosas tienen su Sustancia.

Eso que es Perfecto.

La Biblia revela que "eso que es perfecto" es un Ser. Dios es el único Ser Perfecto; ningún ser humano es perfecto aparte de Dios. Cometemos el error de aplicar a los seres humanos términos que la Biblia aplica solo a Dios.

Nuestro Señor, al responder al joven rico que usó el término "Buen Maestro", dijo: "Ninguno es bueno, sino solo uno, Dios" . Solo hay un Ser a quien se puede aplicar el término "bueno", y ese es el Ser Perfecto, el término no se puede aplicar a los hombres buenos.

En el Sermón del Monte, nuestro Señor pone a Dios como el modelo de carácter cristiano; Él no dice, "Sed buenos como un hombre es bueno", sino — "Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”. Debemos ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, no por lucha y esfuerzo, sino por la impartición de lo que es Perfecto.

Estamos acostumbrados al uso de la palabra "perfecto" en relación con nuestra relación con Dios (por ejemplo, Filipenses 3:12–15), pero aquí la palabra se usa en un sentido más amplio, es decir, perfecto como Dios es perfecto.

"Amor" es otro término que solemos aplicar incorrectamente. Enfatizamos el amor perfecto hacia nuestros semejantes; la Biblia enfatiza el amor perfecto hacia Dios. Amor es una palabra indefinible, y en la Biblia siempre se usa como característico directamente de Dios— "Dios es amor." Romanos 5:5, Pablo dice que "el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones", no el poder de amar a Dios, sino el amor de Dios.

O consideremos la Verdad. La Verdad es nuestro Señor mismo, por consiguiente, cualquier parte de la verdad puede ser una mentira a menos que conduzca a una relación con la Verdad. La salvación, la santificación, la Segunda Venida son todas partes de la Verdad, pero ninguna es la Verdad; y solo son partes de la Verdad en la medida en que son absorbidas por la Verdad, nuestro Señor mismo.

No se nos dice que expongamos el camino de la salvación, o que enseñemos la santificación, sino que levantemos a Jesús, es decir, que proclamemos la verdad.

 

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Roosevelt Jackson Altez M.T.S.

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Sunday, June 16, 2024

De tal manera amó Dios al mundo

 


 

De tal manera amó Dios al mundo

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16

 Lo que significa en la redención individual, cuidando la redención universal

Dimensiones de la Redención

1.      Anchura

" de tal manera amó Dios al mundo..."

El mundo abarca cosas materiales y cosas malas, cosas que sufren y pecan. Piensa cuán estrecho y fanático volvemos al amor de Dios cuando lo limitamos un alcance mucho menor que lo que Sus propias palabras significan; hacemos que Dios parezca exactamente lo opuesto de todo lo que Jesucristo dijo que Él era.

 

La amplitud del amor de Dios, la agonía de ese amor, se expresa en las palabras: "de tal manera". Si puedes estimar el "de tal manera", has sondeado la naturaleza de Dios. Nuestro amor es defectuoso porque no queremos descender lo suficiente. Debemos descender más abajo que el infierno si queremos tocar el amor de Dios; insistimos en vivir en el veinteavo piso cuando el amor de Dios está en el sótano. Especulamos sobre el amor de Dios y disertamos sobre la magnificencia de la Redención, mientras que en todo este tiempo nunca hemos permitido que se efectivice en nosotros.

 

El amor de Dios es más amplio que las medidas de la mente del hombre. Abarca todo el mundo.

Compara Juan 3:16 con la oración del Señor en Juan 17. Nuestro Señor no oró para que el mundo se salvara, sino "para que el mundo sepa que Tú los has amado".

 

Nuestro Señor ora por aquellos en quienes su Redención está trabajando para que vivan en contacto efectivo con Dios — "para que sean uno, así como Nosotros somos uno".

 

Lo mismo ocurre con respecto al pecado y la miseria. En la Biblia nunca encuentras un tono pesimista. En medio de las condiciones más aplastantes siempre hay una esperanza extraordinaria y una alegría profunda, porque Dios está en el corazón del salvo. El funcionamiento efectivo de la Redención en nuestra experiencia nos hace saltar de alegría en medio de cosas en las que otras personas no ven más que calamidades desastrosas. Cuando la Redención funciona efectivamente, siempre se eleva a su fuente, es decir, Dios.

 

2.      Longitud

"que dio a su Hijo unigénito..."

 

Cuando el supremo amor de Dios en el darse a sí mismo me ha poseído, me amo en el poder de su amor; eso significa un hijo de Dios siendo presentado a Dios como resultado de su Redención efectiva:

 "y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos...." Hebreos 2:10.

…es una satisfacción para Dios porque es la devolución de su amor en realidad expresada. Cuando la Redención es efectiva en mí, soy un deleite para Dios, no para mí mismo. No estoy destinado para mí, estoy destinado para Dios.

 

3.      Profundidad

       

"para que todo aquel que en él cree no se pierda..."

 El amor de Dios rastrilla el fondo mismo del infierno, y desde las profundidades del pecado y el sufrimiento trae hijos e hijas a Dios. Introducir la idea de mérito en la creencia, es decir, que he hecho algo al creer, es anular mi creencia y hacerla blasfemia.

La creencia es el abandono de toda reclamación de merecimiento; por eso es tan difícil creer en Jesús. Requiere la renuncia de la idea de que soy alguien — "…debo tener esto explicado"; "…debo estar convencido primero".

 Cuando el Espíritu de Dios se apodera de mí, Él toma el fundamento de lo ficticio de mí y no deja nada más que una caverna dolorosa para que Dios la llene.

"Bienaventurados los pobres en espíritu".

 Amamos a los amables porque es halagador para nosotros hacerlo. Amamos a nuestros familiares y amigos porque es la economía del orgullo hacerlo. Dios ama a los no amables, y le rompió el corazón hacerlo. La profundidad del amor de Dios se revela por esa maravillosa palabra, "todo aquel". La Biblia revela a Dios como el Amante de sus enemigos (Romanos 5:6-10). Nos aferraremos a nuestros "derechos andrajosos" hasta que, por la ingeniería de Dios en nuestras circunstancias, todos nuestros "derechos harapientos" sean arrancados de nosotros y nos quedemos sin nada; nos convertiremos en abyectos paupérrimos, y diremos, "Todo está consumado," ¡y nos encontraremos en el cielo!

 No seremos más bendecidos por luchar en aferrarnos a lo que debe ser condenado.

 

4.      Altura

... sino que tengan vida eterna.

La Redención de Jesucristo, efectivamente en acción en mí, me sitúa donde Él estuvo, y donde Él está, y donde estaremos por siempre:

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23;

En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. — En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. 16:23- 26.


Es el tremendo ascenso por el puro amor incondicional de Dios hacia una preciosa unión con Él mismo, si solo le permito hacerlo. No es algo mágico o necromántico, sino la energía de Su propia vida. Lo más "real" es el amor de Dios mediante el funcionamiento efectivo de la Redención. En el plano humano podemos tener amor real, pero bajo: mi amor, es decir, la preferencia soberana de mi persona por otra persona, es para que mi propósito se cumpla; y cuando Jesucristo entra en la vida, parece como si fuera el enemigo mortal de ese amor. No lo es; es el enemigo mortal de la bajeza. Cuando el amor de Dios es realizado por mí, la preferencia soberana de mi persona por Dios le permite manifestar Su propósito en mí.

 Darse cuenta de las dimensiones del amor de Dios, su anchura, longitud, profundidad y altura, servirá para hacernos entender la realidad del amor de Dios, y el resultado de nuestra creencia en ese amor será que ninguna pregunta nos inquietará profundamente, ninguna pena abrumará nuestros espíritus, porque nuestro corazón está en paz en Dios, justo como el corazón de nuestro Señor estaba en paz en Su Padre. Esto no significa que nuestra fe no será probada; si es fe, debe ser probada, pero, hablando profundamente, será supremamente fácil creer en Dios.

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Tuesday, June 11, 2024

Los problemas no tienen la última palabra


 Los problemas no tienen la última palabra

Aunque me has hecho ver problemas, muchos y amargos,

restaurarás mi vida de nuevo”; Salmo 71:20

 

Hechos 6:1–7:19

Introducción

Jorge Matheson nació en Glasgow, el mayor de ocho hijos. Tenía una visión parcial cuando era niño. A los veinte años quedó completamente ciego. Cuando su prometida se enteró de que se estaba quedando ciego y que los médicos no podían hacer nada, le dijo que no podía pasar la vida con un hombre ciego. Nunca se casó.

Fue ayudado por una hermana devota durante todo su ministerio. Ella aprendió griego, latín y hebreo para ayudarlo en sus estudios. A pesar de su ceguera, Matheson tuvo una brillante carrera en la Academia de Glasgow, la Universidad de Glasgow y el Seminario de la Iglesia de Escocia.

Cuando tenía cuarenta años, ocurrió algo agridulce. Su hermana se casó. Esto no solo significaba que perdía su compañía, sino que también le recordaba su propio desamor. En medio de esta intensa tristeza, en la víspera del matrimonio de su hermana, escribió uno de los himnos más populares y queridos de la iglesia cristiana: "O Amor Que No Me Dejará Ir". Completó toda la obra en cinco minutos y nunca la editó, corrigió o retocó. "Esto vino", escribió, "como un amanecer desde lo alto"

¡Oh alegría que me buscas a través del dolor,

no puedo cerrar mi corazón a ti;

rastreo el arcoíris a través de la lluvia,

y siento que la promesa no es vana,

que la mañana será sin lágrimas."

 

Los problemas son parte de la vida. Jesús enfrentó problemas y también lo hicieron los apóstoles, David y todo el pueblo de Dios. Sin embargo, como el himno de Matheson articula bellamente, los problemas no tienen la última palabra.

 

Sabiduría

Salmo 71:19–24

19 Tu justicia, Dios, alcanza los cielos, tú que has hecho grandes cosas.

¿Quién es como tú, Dios?

20 Aunque me has hecho ver problemas, muchos y amargos,

restaurarás mi vida de nuevo;

desde las profundidades de la tierra me volverás a levantar.

21 Aumentarás mi honor y me consolarás una vez más.

22 Te alabaré con el arpa por tu fidelidad, mi Dios;

cantaré alabanzas a ti con la lira, Santo de Israel.

23 Mis labios gritarán de alegría cuando cante alabanzas a ti—

yo, a quien has liberado.

24 Mi lengua hablará de tus actos justos todo el día,

porque los que quisieron hacerme daño han sido avergonzados y confundidos.

 

Nos enseña…

Restaurado después de muchos problemas

Dios no promete un camino fácil. La vida puede ser extremadamente dura. El salmista ha visto "problemas, muchos y amargos" (v.20). Sus problemas, presiones y preocupaciones no fueron ocasionales o triviales. Fueron numerosos y serios. Él te da un modelo de cómo responder en estas circunstancias.

 

Sigue confiando

Es fácil confiar en Dios cuando las cosas van bien. El desafío es seguir confiando en medio de los problemas. No dejes de creer en la bondad de Dios: "Tu justicia llega hasta los cielos, oh Dios, tú que has hecho grandes cosas. ¿Quién, oh Dios, es como tú?" (v.19).

 

Sigue esperando

Tus problemas no durarán para siempre. En medio de los problemas, hay esperanza: "Restaurarás mi vida de nuevo; desde las profundidades de la tierra me volverás a levantar. Aumentarás mi honor y me consolarás una vez más" (vv.20b–21). Dios usará tus problemas para bien. Él formará tu carácter a través de ellos. Como resultado, aumentará tu honor. Te consolará a través de ellos para que puedas consolar a otros (2 Corintios 1:4).

 

Sigue adorando

Continúa alabando a Dios a pesar de los problemas: "Te alabaré con el arpa por tu fidelidad, oh mi Dios; cantaré alabanzas a ti con la lira, oh Santo de Israel. Mis labios gritarán de alegría cuando cante alabanzas a ti – yo, a quien has redimido" (Salmo 71:22–23). La presencia de Dios en la adoración nos brinda paz y consuelo, especialmente en tiempos difíciles.

 

Oración

Señor, gracias porque, aunque pueda ver problemas muchos y amargos, prometes restaurar mi vida de nuevo. Te alabo por tu fidelidad.

 

 

Nuevo Testamento

Hechos 6:1–7:19

 

La Elección de los Siete

6 En esos días, cuando el número de discípulos estaba aumentando, los judíos helenistas entre ellos se quejaban contra los judíos hebreos porque sus viudas eran descuidadas en la distribución diaria de alimentos. 2 Entonces los Doce reunieron a todos los discípulos y dijeron: “No sería justo que nosotros descuidáramos el ministerio de la palabra de Dios para servir mesas. 3 Hermanos, elijan de entre ustedes a siete hombres que sean reconocidos por estar llenos del Espíritu y de sabiduría. Nosotros les asignaremos esta responsabilidad 4 y nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.”

 

5 Esta propuesta agradó a todo el grupo. Eligieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo; también a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás de Antioquía, un converso al judaísmo. 6 Los presentaron ante los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos.

 

7 Así que la palabra de Dios se difundía. El número de discípulos en Jerusalén aumentaba rápidamente, y un gran número de sacerdotes obedecía a la fe.

 

Esteban Detenido

8 Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y señales entre el pueblo. 9 Sin embargo, algunos de la sinagoga llamada de los Libertos, y judíos de Cirene y Alejandría, así como de las provincias de Cilicia y Asia, comenzaron a discutir con Esteban. 10 Pero no podían resistir la sabiduría y el Espíritu con el que hablaba.

 

11 Entonces sobornaron en secreto a unos hombres para que dijeran: “Hemos oído a Esteban hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.”

 

12 De esta manera incitaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley. Lo arrestaron y lo llevaron ante el Sanedrín. 13 Presentaron testigos falsos que declararon: “Este hombre no deja de hablar en contra de este lugar santo y contra la ley. 14 Pues le hemos oído decir que este Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos entregó.”

 

15 Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron la vista en él, y vieron que su rostro era como el rostro de un ángel.

 

Discurso de Esteban ante el Sanedrín

7 Entonces el sumo sacerdote preguntó a Esteban: “¿Es esto cierto?”

 

2 Y él respondió: “Hermanos y padres, escúchenme. El Dios de gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes de que viviera en Harán. 3 ‘Deja tu país y a tu pueblo’, le dijo Dios, ‘y ve al país que te mostraré’.

 

4 “Así que dejó la tierra de los caldeos y se estableció en Harán. Después de la muerte de su padre, Dios lo envió a esta tierra donde ustedes ahora viven. 5 No le dio ninguna herencia aquí, ni siquiera un pedazo de tierra para poner el pie. Pero le prometió que le daría posesión de la tierra, incluso cuando en ese momento Abraham no tenía hijo. 6 Dios le habló de esta manera: ‘Tus descendientes serán extranjeros en un país ajeno, y los esclavizarán y maltratarán durante cuatrocientos años. 7 Pero yo castigaré a la nación a la que sirvan como esclavos’, dijo Dios, ‘y después saldrán de ese país y me adorarán en este lugar.’ 8 Luego le dio a Abraham el pacto de la circuncisión. Así que Abraham fue padre de Isaac y lo circuncidó al octavo día. Isaac fue padre de Jacob, y Jacob de los doce patriarcas.

 

9 “Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José como esclavo a Egipto. Pero Dios estaba con él 10 y lo rescató de todas sus aflicciones. Le dio sabiduría y logró que el faraón, rey de Egipto, lo nombrara gobernador sobre Egipto y sobre todo su palacio.

 

11 “Luego vino una gran hambruna sobre todo Egipto y Canaán, causando gran sufrimiento, y nuestros antepasados no encontraban alimentos. 12 Cuando Jacob oyó que había grano en Egipto, envió a nuestros antepasados en su primera visita. 13 En la segunda visita, José reveló su identidad a sus hermanos, y la familia de José fue dada a conocer al faraón. 14 Después de esto, José envió a buscar a su padre Jacob y a toda su familia, setenta y cinco personas en total. 15 Así que Jacob bajó a Egipto, donde él y nuestros antepasados fallecieron. 16 Sus cuerpos fueron trasladados a Siquem y puestos en la tumba que Abraham había comprado a los hijos de Hamor en Siquem por una suma de dinero.

 

17 “Cuando se acercaba el tiempo para que Dios cumpliera su promesa a Abraham, el número de nuestro pueblo en Egipto había aumentado considerablemente. 18 Entonces ‘un nuevo rey, al cual José no significaba nada, subió al poder en Egipto’. 19 Trató a nuestro pueblo con astucia y oprimió a nuestros antepasados obligándolos a arrojar a sus recién nacidos para que no sobrevivieran.

 

Comentario

 

Rescatado de todas sus tribulaciones

A veces existe la tentación de idealizar la vida de la iglesia primitiva, como si fuera la iglesia perfecta y sin problemas. Necesitamos leer la imagen idílica de la iglesia en Hechos 2 junto a los eventos de Hechos 6 y, por supuesto, no olvidar todas las tribulaciones de Pablo en sus cartas. La iglesia primitiva tuvo muchos problemas. No se sorprendan por ninguno de los siguientes en la iglesia de hoy:

 

Quejas

 

Los buenos líderes eligen cuidadosamente sus batallas. No se involucran en todo, pero sí asumen la responsabilidad de todo. Los apóstoles enfrentaron una queja justificada de que 'las viudas eran descuidadas en la distribución diaria de alimentos' (Hechos 6:1). Sin embargo, necesitaban concentrarse en su tarea principal: 'la oración y el ministerio de la palabra' (v.4). La solución, como tan a menudo ocurre, estaba en la delegación efectiva.

 

Los apóstoles abordaron el problema designando a un grupo de personas que 'servirían en las mesas' (v.2). Eligieron a personas 'llenas del Espíritu y de sabiduría' (v.3). Como resultado, mantuvieron su enfoque y 'la palabra de Dios se difundía', y el número de discípulos aumentó dramáticamente (v.7). Los buenos líderes delegan y liberan a otros en sus dones y ministerios dados por Dios.

 

Agitación

Un grupo de oponentes de la iglesia 'agitó al pueblo' (v.12) y 'produjo testigos falsos' (v.13). Torcieron las palabras de Esteban y dijeron: 'Este hombre no deja de hablar en contra de este lugar santo y contra la ley' (v.13).

 

Miedo al cambio

Parte de la oposición surgió del miedo al cambio. Dijeron: 'Hemos oído decir que este Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que Moisés nos entregó' (v.14).

 

No podían quitar los ojos de Esteban, cuyo 'rostro era como el rostro de un ángel' (v.15). Él hizo su defensa. Recitó la historia del pueblo de Dios y citó las partes de la historia que eran particularmente relevantes para su propia situación. Dijo de José, 'Dios estaba con él y lo rescató de todas sus tribulaciones. Le dio sabiduría...' (7:9–10), justo como Dios claramente estaba dando sabiduría a Esteban (ver 6:10).

 

El propio rescate de Esteban llegó solo en el martirio. Vio 'la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios' (7:55), y Esteban fue rescatado para toda la eternidad.

 

Oración

Señor, ayúdame a no desanimarme por las tribulaciones, sino más bien, como Esteban, estar lleno de fe y del Espíritu Santo. Que veamos la palabra de Dios difundirse y el número de tus seguidores aumentar cada día más y más.

 

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Thursday, June 6, 2024

Oseas, su mujer y sus hijos


Oseas, su mujer y sus hijos

Si interpretamos apenas el significado de los nombres en el capítulo 1, este profeta crece exponencialmente en el significado de la profecía, tanto para los cristianos, como para su Iglesia.

Oseas: En Hebreo הוֹשֵׁ֙עַ֙ significa salvación, y aparece muchas veces como nombre masculino entre los israelitas.

Beeri, su padre, en hebreo בְּאֵרִ֔י , significa mi fuente. Y era hitita.

Dios le ordena tomar una mujer fornicaria, e hijos de fornicación. Hace un paralelismo entre Israel y la mujer, una parábola indudablemente chocante.

Gomer, el nombre de la mujer, en hebreo גֹּ֖מֶר es nombre de varón en otros pasajes.

El primer hijo es Jezreel, en hebreo יִזְרְעֶ֑אל y significa “ Dios cosecha” o “Dios cosechará

El nombre "Jezreel" lleva conexiones históricas y fonéticas significativas con "Israel", reflejando una profunda interacción de sonido, simbolismo e historia. La similitud fonética es evidente en las sílabas compartidas y el ritmo vocal, fomentando una resonancia lingüística entre los dos.

Históricamente, Jezreel no era solo un nombre, sino una representación de narrativas bíblicas críticas, encarnando temas de fertilidad, conflicto y retribución divina dentro de los textos bíblicos.

Jezreel, denota una llanura muy fértil ubicada en la tribu de Isacar, que repetidamente sirvió como campo de batalla en el Antiguo Testamento, como se cita en Jueces y 1 Samuel. Estas referencias subrayan su importancia estratégica y agrícola, contribuyendo a su prominencia en la historia israelita. Además, la ciudad de Jezreel, a menudo vinculada con los hechos infames de Acab y Jezabel, especialmente el asesinato de Nabot, simboliza el abuso de poder y la consiguiente justicia divina, que se retrata vívidamente en la caída violenta de la dinastía de Acab ejecutada por Jehú.

Estos episodios históricos asociados con Jezreel reflejan un microcosmos de la historia más amplia de Israel, marcada por ciclos de prosperidad, pruebas morales, fracasos e intervención divina. Así, el nombre Jezreel encapsula elementos significativos de la historia nacional de Israel: prosperidad (fertilidad), desafío moral (el asesinato de Nabot) y juicio divino (la purga de Jehú), reflejando los arcos narrativos más amplios encontrados a lo largo de la historia de Israel. 

Por lo tanto, la interacción entre los nombres Jezreel e Israel va más allá de la mera fonética, tocando ecos temáticos profundos que son centrales para la representación bíblica de la experiencia israelita.

El siguiente nombre es el de la hija: Lo-ruhama. Em hebreo רֻחָ֑מָה, significa “No amada” o, quizás, "no compadecida". La creciente desesperanza del profeta sobre el futuro de su país se revela en su nombre. El resto del versículo se traduce mejor como: “Porque ya no tendré piedad de la casa de Israel, como para realmente perdonarles”.

Este pasaje pinta un cuadro vívido de la nación en declive, luchando con conflictos internos, constantes levantamientos y amenazas externas. La "hija" simboliza a las personas de las diez tribus, quienes son representadas como débiles y tambaleantes. Su monarquía está deteriorándose, plagada de conflictos civiles y cambios continuos en el liderazgo. También están bajo asedio de poderosos invasores y cargados por gobernantes opresivos. En última instancia, su destino está sellado por el juicio divino: serán completamente erradicados, sin esperanza de restauración. Esta profecía ominosa se subraya con la declaración de que serán llevados al cautiverio, para nunca regresar como un pueblo unido, ni una nación separada de Judá.

Esta descripción no solo transmite la agitación física y política, sino también la desesperación espiritual y existencial de un pueblo condenado, enfatizando la severidad de su condición y la inevitabilidad de su destino.

El siguiente nombre es el del hijo menor: Lo-ammi. Em hebreo רֻחָ֑מָה, significa “No sois mi pueblo” (Y yo no soy tu Dios”)

En este momento son “no mi pueblo”. Y así han estado realmente durante muchos siglos; a esta condición fueron condenados, cuando se entregó esta profecía. Que estos está tipificados por el niño Lo-ammi, de donde se deduce, de la aplicación de ese nombre en el versículo décimo, a los hijos de Israel en general; anque parece aplicarse al pueblo degenerado de Judá, esas amenazas no pueden estar implicados, a menos que estén tipificados en alguno, o en más, de los niños. Pero no están tipificados en Jezreel; porque Jezreel no es objeto de ira o amenaza: ni en Lo-ruhamah; porque Lo-ruhamah tipifica el reino de las diez tribus. Es por necesidad, y por lo tanto, en Lo-ammi, aplicable a Judá.

Es en Juda donde se aplica la salvación mencionada en el versículo 10.

“Sin embargo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar” — Aunque Dios rechace a las diez tribus, Él suplirá su pérdida en el debido tiempo, trayendo grandes números de verdaderos israelitas a la iglesia, no solo de los judíos, sino también de los gentiles, y haciendo que aquellos que antes eran extraños a los pactos de la promesa, sean coherederos con los judíos, Romanos 9:25-26; 1 Pedro 2:10. Esto debe aplicarse al Israel místico; sus números, consistentes en miríadas de conversos, tanto del Israel natural como de sus hermanos adoptivos los gentiles, será inmensamente grande.” Y en el lugar donde se dijo, No sois mi pueblo… Es decir, en Jerusalén, o al menos en Judea, donde se entregó esta profecía y donde se ejecutó la sentencia: allí, en ese mismo lugar, aquellos a quienes se les dijo, No sois mi pueblo, serán llamados los hijos del Dios viviente. Esto debe referirse, al menos principalmente, al Israel natural de la casa de Judá; porque a ellos se les dijo, No sois mi pueblo. Y dado que serán nuevamente reconocidos como los hijos del Dios viviente, en el mismo lugar donde se pronunció y ejecutó esta sentencia, la profecía claramente promete su restauración a su propia tierra. Lo que no significa que vaya a ocurrir en la dimensión de este mundo, como pueblo separado de la Iglesia, pues es ella la que recibe a todos aquellos que “han creído en Su Nombre”, Cristo.

 

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Bendiciones

Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S.

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

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