Sunday, June 16, 2024

De tal manera amó Dios al mundo

 


 

De tal manera amó Dios al mundo

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16

 Lo que significa en la redención individual, cuidando la redención universal

Dimensiones de la Redención

1.      Anchura

" de tal manera amó Dios al mundo..."

El mundo abarca cosas materiales y cosas malas, cosas que sufren y pecan. Piensa cuán estrecho y fanático volvemos al amor de Dios cuando lo limitamos un alcance mucho menor que lo que Sus propias palabras significan; hacemos que Dios parezca exactamente lo opuesto de todo lo que Jesucristo dijo que Él era.

 

La amplitud del amor de Dios, la agonía de ese amor, se expresa en las palabras: "de tal manera". Si puedes estimar el "de tal manera", has sondeado la naturaleza de Dios. Nuestro amor es defectuoso porque no queremos descender lo suficiente. Debemos descender más abajo que el infierno si queremos tocar el amor de Dios; insistimos en vivir en el veinteavo piso cuando el amor de Dios está en el sótano. Especulamos sobre el amor de Dios y disertamos sobre la magnificencia de la Redención, mientras que en todo este tiempo nunca hemos permitido que se efectivice en nosotros.

 

El amor de Dios es más amplio que las medidas de la mente del hombre. Abarca todo el mundo.

Compara Juan 3:16 con la oración del Señor en Juan 17. Nuestro Señor no oró para que el mundo se salvara, sino "para que el mundo sepa que Tú los has amado".

 

Nuestro Señor ora por aquellos en quienes su Redención está trabajando para que vivan en contacto efectivo con Dios — "para que sean uno, así como Nosotros somos uno".

 

Lo mismo ocurre con respecto al pecado y la miseria. En la Biblia nunca encuentras un tono pesimista. En medio de las condiciones más aplastantes siempre hay una esperanza extraordinaria y una alegría profunda, porque Dios está en el corazón del salvo. El funcionamiento efectivo de la Redención en nuestra experiencia nos hace saltar de alegría en medio de cosas en las que otras personas no ven más que calamidades desastrosas. Cuando la Redención funciona efectivamente, siempre se eleva a su fuente, es decir, Dios.

 

2.      Longitud

"que dio a su Hijo unigénito..."

 

Cuando el supremo amor de Dios en el darse a sí mismo me ha poseído, me amo en el poder de su amor; eso significa un hijo de Dios siendo presentado a Dios como resultado de su Redención efectiva:

 "y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos...." Hebreos 2:10.

…es una satisfacción para Dios porque es la devolución de su amor en realidad expresada. Cuando la Redención es efectiva en mí, soy un deleite para Dios, no para mí mismo. No estoy destinado para mí, estoy destinado para Dios.

 

3.      Profundidad

       

"para que todo aquel que en él cree no se pierda..."

 El amor de Dios rastrilla el fondo mismo del infierno, y desde las profundidades del pecado y el sufrimiento trae hijos e hijas a Dios. Introducir la idea de mérito en la creencia, es decir, que he hecho algo al creer, es anular mi creencia y hacerla blasfemia.

La creencia es el abandono de toda reclamación de merecimiento; por eso es tan difícil creer en Jesús. Requiere la renuncia de la idea de que soy alguien — "…debo tener esto explicado"; "…debo estar convencido primero".

 Cuando el Espíritu de Dios se apodera de mí, Él toma el fundamento de lo ficticio de mí y no deja nada más que una caverna dolorosa para que Dios la llene.

"Bienaventurados los pobres en espíritu".

 Amamos a los amables porque es halagador para nosotros hacerlo. Amamos a nuestros familiares y amigos porque es la economía del orgullo hacerlo. Dios ama a los no amables, y le rompió el corazón hacerlo. La profundidad del amor de Dios se revela por esa maravillosa palabra, "todo aquel". La Biblia revela a Dios como el Amante de sus enemigos (Romanos 5:6-10). Nos aferraremos a nuestros "derechos andrajosos" hasta que, por la ingeniería de Dios en nuestras circunstancias, todos nuestros "derechos harapientos" sean arrancados de nosotros y nos quedemos sin nada; nos convertiremos en abyectos paupérrimos, y diremos, "Todo está consumado," ¡y nos encontraremos en el cielo!

 No seremos más bendecidos por luchar en aferrarnos a lo que debe ser condenado.

 

4.      Altura

... sino que tengan vida eterna.

La Redención de Jesucristo, efectivamente en acción en mí, me sitúa donde Él estuvo, y donde Él está, y donde estaremos por siempre:

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan 14:23;

En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. — En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. 16:23- 26.


Es el tremendo ascenso por el puro amor incondicional de Dios hacia una preciosa unión con Él mismo, si solo le permito hacerlo. No es algo mágico o necromántico, sino la energía de Su propia vida. Lo más "real" es el amor de Dios mediante el funcionamiento efectivo de la Redención. En el plano humano podemos tener amor real, pero bajo: mi amor, es decir, la preferencia soberana de mi persona por otra persona, es para que mi propósito se cumpla; y cuando Jesucristo entra en la vida, parece como si fuera el enemigo mortal de ese amor. No lo es; es el enemigo mortal de la bajeza. Cuando el amor de Dios es realizado por mí, la preferencia soberana de mi persona por Dios le permite manifestar Su propósito en mí.

 Darse cuenta de las dimensiones del amor de Dios, su anchura, longitud, profundidad y altura, servirá para hacernos entender la realidad del amor de Dios, y el resultado de nuestra creencia en ese amor será que ninguna pregunta nos inquietará profundamente, ninguna pena abrumará nuestros espíritus, porque nuestro corazón está en paz en Dios, justo como el corazón de nuestro Señor estaba en paz en Su Padre. Esto no significa que nuestra fe no será probada; si es fe, debe ser probada, pero, hablando profundamente, será supremamente fácil creer en Dios.

 Si te agradó, comparte, ayuda a otros a crecer.

 

Bendiciones

Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S.

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

 

Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com

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https://iglesiaheroesdelafe.blogspot.com/2024/06/de-tal-manera-amo-dios-al-mundo.htm

 

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