Friday, May 31, 2024

Cirugía a corazón abierto


 Cirugía a corazón abierto

 

—No tiene caso operar—, dijo el cirujano.

—Debemos intentarlo—, rogó la familia.

—Está hecho una piedra, necesita un corazón nuevo—fue el fatídico diagnóstico del galeno.

—Yo le doy el mío— respondió la mamá, con lágrimas en los ojos.

—Señora, hemos analizado en profundidad los órganos de todos los parientes y amigos que se ofrecieron, y no hay uno que no padezca de la misma dolencia. Es inútil.

El doctor se retiró dejándoles la amarga sensación de lo inevitable. Es más, ahora se sumaba la condena individual, la certeza de que todos estaban igual.

Era lunes, posterior a Domingo de Pascuas, y el cirujano tenía una semana llena de consultas y operaciones por delante.

La fatídica sentencia resonaba en el aire como enjambre de mosquitos, inexorable: “está hecho una piedra, necesita un corazón nuevo”. El siguiente diagnóstico era peor: “...no hay uno que no padezca de la misma dolencia”.

No sólo al enfermo, les afectaba a todos.

En el nuevo milenio sufrieron estoicamente de virus, contagio global, pestes, plagas, amenazas de guerra nucleares, y violencia de todos colores, ¿pero endurecimiento de corazón?

Aunque el deterioro era extremo, nadie lo admitía, y lo que era peor según el médico, es que era colectivo.

Bajando la cabeza se dirigieron a la salida, excepto la madre, que ingresó en la habitación del paciente.

La historia -siempre sabia-, predijo que esto sucedería.

Pero..., probablemente fuera una dolencia común, que no llevaba a la muerte, pensaban.

Uno rollos datados aproximadamente en el año 550 AC, mencionaban que habría una cirugía colectiva donde se quitaría el corazón de piedra y se colocaría un corazón de carne.

Creían que era una mala interpretación, tantas traducciones, tanta  manipulación...

Como todo acontecimiento milenario, las deidades estaban envueltas en cada fenómeno, natural o no. Esto incluía no sólo a las tribus, el comportamiento, cambios de conducta, afectaban ya los destino de las naciones. La ciencia siempre afirmó que los sentimientos eran cosa de la mente. El corazón bombeaba y callaba, como un tonto.

Pero no todo eran malas noticias.

Aparentemente había una solución. Se iba a dar al final de siete semanas, a partir de ese día en que vivían. Involucraba esperar, y estar listos para recibir la medicina, que, según decían no provocaba dolor.

Cirugía colectiva a corazón abierto. ¿Cuento del tío? ¿Patrañas?

Esperanza.

Los optimistas, que eran pocos, festejaron. Los escépticos se dedicaron a googlear, y algunos a consultar sus líderes espirituales, de quienes había escases globales.

Aparentemente el tema había sido mencionado en los rollos de Baruc, el amanuense babilónico, atribuido a visiones de una tal vidente Jeremías, conocido también como el profeta llorón por sus continuos lamentos.

Esto se supone que sucedió entre el 600 y 560 antes de Jesucristo.

También aparecía la cirugía de corazón en los escritos de otro profeta: Ezequiel, sacerdote levita deportado a Babilona. La aparición de la cirugía colectiva de corazón se mencionaba próxima a la vuelta a la vida de miles de esqueletos esparcidos en un valle: “El valle de los huesos secos”.

Los incrédulos decían:

—Y bueno, entre Apocalipsis Zombi, Harry Potter, y La guerra de las galaxias, se puede colar este fenómeno, y vaya uno a saber.

El evento, que se había dado solo una vez, se repetiría de nuevo, y ya no sucedería “hasta el final de los tiempos”.

EL agente restaurador de corazones, según decían, llegaría porque era parte de la promesa, el mismísimo espíritu, que otrora cuidara de los cielos y la tierra en su formación, venía para quedarse, y no podía habitar en un corazón de piedra.

Había que estar preparado, meditando, clamando, y creyendo que era posible. Esto último era ingrediente fundamental para que la cirugía fuese un éxito.

¿Cómo explicar el fenómeno, pronto a suceder?

Los eruditos trataban de hacerlo de esta forma: la enfermedad era causada por el descreimiento del nuevo milenio, (real y que nadie discutía). Era una dolencia sicosomática, y afectaba el sistema muscular de la máquina biológica encargada de bombear la sangre. Las células morían como consecuencia de la carga negativa recibida por el cerebro, y no se podían regenerar, pues destruía la motivación genética por sobrevivir.

Para muchos sería experimental, algo parecido a recibir un corazón de cerdo. Para otros, los menos, significaba una nueva vida que no querían desperdiciar, dado que ya no volvería a suceder.

Y se sentaron a esperar…

 

 “Y cuando llegó el dia de Pentecostés estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo…” Hechos 2:1

 

“Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne” Exequiel 11:19

 

Bendiciones

Tu hermano en Cristo

Roosevelt Jackson Altez M.T.S.

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com

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https://iglesiaheroesdelafe.blogspot.com/2024/05/cirugia-corazon-abierto.html

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