Llamados versus escogidos
Navegando en la web encontré, en el super famoso Face Book un “post” que me llamó la atención, era, como reza el título, relacionado con dos, digamos estatus de los cristianos. Los no cristianos puede que desconozcan a lo que me refiero. La persona se refería, puntualmente, al profeta Jonás y a su negativa de cumplir una orden divina.
El corto mensaje con una imagen no relevante decía, en resumen, que están los llamados, y están, en otra categoría los escogidos. Y le llamaba escogido al profeta Jonás, argumentando que Jonás, como profeta, no podía negarse al llamado de Dios porque era “escogido”. Como contrapartida, los llamados sí podían negarse.
Rápidamente, creció una larga lista de comentarios con muchos “Si”, “Amen” “Gracias Señor”, donde todos se consideraban escogidos, ergo, como Jonás. Ningún “llamado” argumentó sobre el tema, ni nadie estuvo en desacuerdo.
Evidentemente, los que comentaron no se tomaron la molestia de escudriñar las escrituras, algo esencial para no ser engañados.
Fue cuando nosotros, antes de redargüir, fuimos a la Palabra a cotejar los términos usados.
Buscamos en la web www.biblegetaway.com y esto fue lo que encontramos.
Los llamados: Hay 33 resultados de “llamados” en la Biblia.
En los textos encontrados no se especifica a qué, para que o porque llamados, por lo que asumimos que es el llamado de Dios para servir.
Copiamos los “llamados” más relevantes:
“todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice. Isaías 43:7
“Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. “ Mateo 22.14
Este es el versículo mas importante porque antagoniza llamados versus escogidos. Nótese que muchos son llamados, en la parábola de la fiesta de bodas, estos son los que se encuentran afuera, en ella, la invitación se extiende a todos los que encuentran, es decir; los que reciben la llamada a escuchar el evangelio, y ellos son todos los seres humanos, puesto que ese es el cometido de la Gran Comisión. Ahora, en la parábola, se halló uno que no estaba vestido para las bodas. Este personifica a aquellos que no hacen honor al llamado, los que no reciben a Cristo como su Señor y Salvador. En Romanos 1:6, 1:7, 8.28 y 9.26, estos “llamados” respondieron recibiendo al Señor, por lo tanto, son los santos en Cristo. Pablo lo explica más detalladamente en 1 Corintios 1:2, 1:9, 1:24, Gálatas 5:13, Efesios 4:1, 4:4. Y otros pasajes de las Cartas de Pablo.
Resumiendo hasta acá, los llamados son los que respondieron a la invitación, y están en proceso de santificación “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”; dicho de otra manera, ya están adentro, son salvos. Todos los santos (separados para Dios) estamos en proceso, porque mientras vivamos en este “cuerpo de muerte” no podemos ser perfectos, o perfectamente santos, con la gloria del hijo, con el cuerpo glorificado.
Ahora entramos a analizar quienes son los escogidos: Encontramos en la Biblia 51 resultados de versículos con la palabra “escogidos”
En el Antiguo Testamento, como regla general, los escogidos, son eso, e implica que son los mejores, y por eso los escogen, son extraídos de el total de un grupo que tiene ciertas características, por ejemplo: mejores guerreros.
En los Salmos, los escogidos son los que ya están adentro, los elegidos. EL Antiguo Testamento no separa, todavía, a los llamados de los escogidos, porque para ello es menester, escuchar el llamado y responder, como mencionamos cuando analizábamos “llamados”.
Acá llegamos al versículo que puede crear un poco de confusión, pero que se aclara meditando y poniendo en contexto las adjetivaciones de llamados y escogidos.
Dice Mateo 20:15-17: “¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, más pocos escogidos”.
Acá hay dos explicaciones que no se contradicen la una con la otra.
Primero: Los llamados deben entrar al lugar donde deben cumplir con los requisitos necesarios para ser escogidos (por ejemplo, para ser buen guerrero, el entrenamiento es riguroso). En la fiesta de boda, el que no estaba vestido para la boda, no daba importancia a la exigencia de que vestir para entrar a la fiesta, que es recibir a Cristo, obedecer sus mandamientos, y pertenecer a la Iglesia.
Segundo: También se aplica el llamado a los judíos, primeramente llamados para aceptar al Señor: “A los suyos vino pero los suyos no lo recibieron”. Al rechazar a Cristo, el Señor usa principalmente a Pablo “el apóstol de los Gentiles”, para llevar el evangelio a los no judíos.
Y todo esto para explicar que los llamados se transforman en elegidos cuando aceptan al Señor: “Esta es la palabra de fe que predicamos: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”; acá te conviertes en elegido, porque te has entregado a Cristo. Claro que todavía hay mucho que aprender, pero a ti y a mí nos sucede lo que a Abraham cuando ofreció a Isaac en holocausto, “creyó Abraham y le fue contado como justicia”, o sea entramos al grupo de los justos, porque al creer en el sacrificio sustitutivo de Cristo somos justificados.
Lo otro que hay que aclarar es que Dios llamó a los profetas cuando no existía la opción de Cristo. A los profetas los llama antes de que fuesen formados en el vientre materno, a Jeremías: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Jeremías 1:5. El profeta no tenía opción: iba o Dios lo obligaba, aunque el único que se niega es Jonás. No sólo los profetas, vemos que Abraham obedeció a la voz de Dios y salió sin saber adonde iba. A Oseas no dice cuando pero no vemos que le da la opción de ir o no: “Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová” Oseas 1:2.
Los profetas eran la voz de Dios, el Espíritu Santo no moraba en los hombres; algunos, como David, lo acompañó prácticamente durante toda su vida, y aun así tenía que consultar al profeta de turno para recibir la repuesta de Dios.
En fin, vemos que el trato de Dios con los profetas no es el mismo que con los llamados, y los llamados no son elegidos hasta que no aceptan al Señor Jesús.
Entonces cuando alguien, usando a Jonás te pregunte si eres elegido, o escogido, dile que no eres igual que Jonás, porque eres escogido en Cristo.
Si te ha servido para clarificar conceptos, comparte, como nosotros lo hacemos.
Bendiciones
Tu hermano en CristoRoosevelt Jackson Altez M.T.S
Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University
Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com
Puedes encontrar este artículo en:
https://iglesiaheroesdelafe.blogspot.com/2024/12/llamados-versus-escogidos.html