Wednesday, October 18, 2023

Mi Padre hasta ahora trabaja

 



Mi Padre hasta ahora trabaja

Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.  Juan 5:17

 

Lo que motivó la afirmación del Señor sobre el asunto fue la sanación del paralítico de Betesda, milagro hecho en sábado.

Lo recordamos porque llama la atención lo inverosímil de las acusaciones de los judíos: “Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho” Juan 5:10. Peor aún es lo que sigue: “Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo” Juan 5:16

Cuando Jesús testifica que Su Padre hasta ahora trabaja, está afirmando dos cosas: La primera es que es el Hijo de Dios, y la segunda que, como el Padre. no cesa de trabajar en sábado Él tampoco.

Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle.

Entendamos la gravedad de la obstinación irracional de los judíos, dejaban de lado, ignoraban, la razón del mismísimo cumplimiento de la promesa, de la venida del Hijo de Dios, y encima, se enceguecían ante los dos milagros, el perdón de los pecados y la sanación del paralítico.  

EL trabajo de Dios.

Dijo el Señor que: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” Marcos 2:27

El descanso en el dia séptimo de la Creación, no fue, ni puede implicar que Dios “bajó los brazos” y se acostó a sestear a la sombra del árbol de la vida. El trabajo divino no cesó, como no cesó Dios de sostener todas las cosas: “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”, es decir, Dios Hijo, una vez vuelto al Padre. (Hebreos 1:3)

Filón el Judío, nacido en el 45 A.C, y residente de Alejandría, decía: “ 'Dios nunca cesa de trabajar; pero como quemar es atributo del fuego, y ser frío es propiedad de la nieve, de igual manera trabajar es atributo de Dios, y mucho más, en la medida en que Él es el origen de la acción para todo lo demás.'

El reposo de Dios

La negación de Dios sobre que los desobedientes no entrarían en Su reposo, se refiera a la tierra prometida de Canaán, y fue ejecutada sobre los que quedaron en el desierto por su descreimiento y falta de fe. El reposo de Dios significa que todas las cosas, en lo relativo a su acto de crear, estaban hechas. Cuando Dios vio que todo lo que hizo era “bueno en gran manera”, “bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” Génesis 2:3

El reposo es la confirmación de que todo estaba hecho, creado. Y Dios santificó el día séptimo por esa razón. Y lo dio por ordenanza para que el hombre recordara de allí en adelante que todo fue obre de Él para Su gloria.

Hay dos reposos, el de Israel en Canaán, y el definitivo, en la patria celestial. El apóstol Pablo los menciona, para que recordemos las consecuencias de desobedecer:

 “Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.

 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad” Hebreos 3:14:18

Tener fe implica obediencia.

Falta de fe es incredulidad, que lleva a la desobediencia

 Hasta hoy se ha mantenido la diatriba de la santidad del sábado, y sigue provocando temor en aquellos que no entienden que el reposo venidero es el de la Patria Celestial.

Todavía Cristo intercede por nosotros delante del Padre. Todavía el Espíritu Santo gime con gemidos indecibles, adecuando nuestras oraciones a la perfecta santidad de Dios. Todavía la creación gime a una y aun está con dolores de parto en espera de la redención de los hijos de Dios

Comenta Ellicot, sobre Juan 5;17:

“"El poder que salió para sanar a ese afligido era el mismo poder que mantenía al resto saludable. La fuerza que atravesó el cuerpo medio muerto y lo hizo vivir era la misma que cada mañana de sábado los despertaba de la imagen de la muerte, del sueño, y los despertaría de la muerte misma (Juan 5:21). El sol brillaba y caían lluvias fructíferas, las flores brotaban de sus capullos, la cosecha maduraba y ellos mismos, en la energía de la vida, habían crecido cada día por igual.

Dios sigue trabajando sin parar hasta el presente. Ese Dios es también Padre. Por lo tanto, el Hijo trabaja de la misma manera. Este pobre afligido, postrado e impotente, comparte la misma naturaleza humana con el Hijo de Dios. Él, con fe y esperanza, se ha vuelto receptivo a la energía divina, y esa energía que no conoce reposo, sino que siempre está saliendo hacia todo corazón que pueda recibirla, lo ha sanado por completo."

Bendiciones

 Tu hermano en Cristo

  Roosevelt Jackson Altez

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

 

 Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com

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Monday, October 16, 2023

…la luz era buena


 

…la luz era buena.

 

“Y vio Dios que la luz era buena”.

Génesis 1:4

La luz que proporciona el sol fue hecha en el día cuatro de la creación.

Antes Dios creó la luz. ¿Qué luz? La luz del universo, la que hace que las estrellas brillen, que los planetas puedan ser vistos, más allá del alcance de la luz de las estrellas incandescentes.

La Luz de Dios ya existía, es uno de sus atributos, que llamamos luz por lo que conocemos, por lo creado por el mismo Todopoderoso.

Hay dos componentes desde el principio, la luz y las tinieblas, esto es, todo lo que no es alumbrado, fuera del alcance de la luz.

En el primer dia de la creación, no necesariamente de 24 horas, dijo Dios: “Sea la luz; y fue la luz.  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.  Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. Génesis 1:3-5

Para nuestra mente limitada es muy difícil de entender otra fuente de luminosidad porque no conocemos nada más que el sol, como proveedor de luz.

“Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él” 1 Juan 1:5

El que se cubre de luz como de vestidura” Salmo 104:2

Para llegar a vislumbrar, a tener una vaga idea de la diferencia de las fuentes, valga la redundancia, de luz, lo primero es entender que Dios es Espíritu. Y también comprender que la dimensión del Altísimo no es la misma que la nuestra.

Lo que se ve fue hecho de lo que no se veía:

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” Hebreos 11:13

Es decir: EL Espíritu estaba primero porque es eterno, está fuera, encima de la dimensión temporal.

El Todopoderoso dio comienzo a las cosas que se ven, hubo un principio. Pero Él ya era, y es el eterno presente, que no tiene ni principio ni fin de días. Y Cristo, como la segunda persona de la divinidad, tiene los mismos atributos:

“Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” Juan 1:3

Las tinieblas en la dimensión espiritual y en la natural, se oponen a la luz, es más, son ausencia de luz.

Estamos hechos de forma tal que todo lo que recibimos son mensajes de luz, son rayos de colores, que las células llamadas foto receptores. Mas de cien millones de éstos reciben los rayos, mas o menos brillantes, que varían en color y claridad, en el ojo humano.

Dijo Jesús;

 “La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas” Lucas 11:34

Las tinieblas no pueden trasmitir luz, es oscuridad natural, ausencia de colores.

Lo mismo que ocurre en lo natural, sucede en lo espiritual. “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” Juan 1:4

Dios separó la luz de las tinieblas, las hizo incompatibles. En el proceso de la creación fue establecido el mismo principio espiritual: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecen contra ella” Juan 1:5

Jesús dijo: “Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va” Juan 12:35

Nos dice Pablo en 1 Tesalonicenses 5:5: “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas”

Finalmente, entendemos porqué que las tinieblas llenaron la Tierra al morir Jesús, porque la Luz del Mundo se apagaba:

“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena”.  Mateo 27:45

 

Dios no puede ser visto por el ojo humano de ninguna persona, porque su pureza, luminosidad, santidad, nos mataría, como fue advertido Moisés cuando pidió ver el rostro de Dios: “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá”  Éxodo 33:20

Pero llegará el dia en que podamos ver el rostro de Dios: “No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” Apocalipsis 22:5

Bendiciones

 Tu hermano en Cristo

  Roosevelt Jackson Altez

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

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Thursday, October 5, 2023

¿Seguidores o líderes?

 




¿Seguidores o líderes?

“Sed pues, imitadores de Dios” Efesios 5:1

 

Cuando visitamos un lugar nuevo, desconocido, necesitamos un guía, alguien que vaya delante de nosotros para indicarnos el camino correcto, ya sea en una ciudad o en un lugar agreste.  Y por poco tiempo, mientras disfrutamos de la aventura, descansamos del esfuerzo permanente de valernos por nosotros mismos.

No nos gusta la idea de ser dirigidos, es opuesta a todo lo que nos enseñaron. Somos desconfiados porque lo hemos aprendido; cada día tomamos nuestras propias decisiones, y si alguien quiere que hagamos lo opuesto a lo que teníamos planeado, recelamos; preguntamos hasta tener la certeza que lo que vamos a hacer se ajusta a nuestros planes, aun en las pequeñas cosas.

Si somos discípulos de Dios, no podemos tomar la iniciativa, no podemos elegir nuestro propio trabajo o decir lo que haremos; no tenemos que descubrirlo en absoluto, solo tenemos que seguirlo. "Jesús le dijo:  ̶ sígueme" (Juan 21:22).

Todo lo que nuestro Señor nos pide hacer es naturalmente imposible para nosotros. Es imposible que seamos, llanamente, hijos de Dios, que amemos a nuestros enemigos, que perdonemos, que seamos santos, puros, Es imposible para nosotros seguir a Dios naturalmente; en consecuencia, debemos reconocer que, como somos, la designación de discípulos no va a funcionar.

Allí es cuando enfrentamos al dilema, de continuar como somos no podemos seguir a Cristo. ES donde la necesidad del cambio se hace imperiosa. El cambio de mente, de líder a cordero es algo imposible para nosotros.

“¿Quién, pues, podrá ser salvo? Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible”  Mateo 19:26

Es algo que debemos reconocer, en asuntos espirituales no podemos tomar la iniciativa. No podemos decidir por nuestra cuenta, debemos "seguir al Cordero dondequiera que vaya", y si Él no va a ningún lado, entonces nosotros tampoco.

Cuidado con seguir los pasos de los seguidores, puede que no sean los caminos de Cristo.

Imitadores significa hacer lo que Él hace, espiritualmente, sabiamente. No es imitar gestos o acciones como monos irracionales.

De nuevo: Él es a quien debemos imitar y seguir, pero primero debemos nacer de nuevo y recibir su Espíritu, y luego caminar en el Espíritu. "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él" Romanos 8:9.

El Gozo del Señor

“Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo”. Juan 15:11

Si Jesucristo es la vida de Dios y debemos seguirlo, debemos descubrir cuál era su gozo. Ciertamente no era la felicidad. El gozo del Señor Jesucristo residía en hacer exactamente lo que vino a hacer, esto es, la voluntad del Padre.

La salvación de los hombres fue el resultado natural de esto, pero la gran obediencia de nuestro Señor no fue a las necesidades de los hombres, sino a la voluntad de Su Padre, y Él dice: "como el Padre me envió, así también os envío a vosotros".

Cristo no orientó su vida a salvar almas, cuidado, vino a hacer la voluntad del Padre. Algunos creyeron y fueron salvos, pero fueron muchos más los que no creyeron. Jesús vino al pueblo de Israel porque esa era la promesa: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Juan 1:11

Nos desviamos cuando en lugar de seguir a Dios, seguimos la obra cristiana y a los trabajadores.

Nos preocupa mucho más la pasión por las almas que la pasión por Cristo.

La pasión por Cristo es el reflejo de su pasión por Dios.

La vida de Dios se manifiesta en nuestro Señor Jesucristo, Él vino a hacer la voluntad de su Padre; No importa donde Dios nos pone, ya sea al frente o en un segundo plano. Cuando nos damos cuenta de esto, entonces la alegría del Señor es nuestra porque estamos cumpliendo nuestro propósito regenerado. La pasión por las almas no es en absoluto una idea del Nuevo Testamento, sino un comercialismo religioso.

Cuando estamos obsesionados con esta pasión, la alegría del Señor nunca es nuestra, sino solo una alegría excitante como una trampa oculta.

Dios diseña nuestras circunstancias como lo hizo con las de Su Hijo; todo lo que tenemos que hacer es seguir donde Él nos coloca. La mayoría de nosotros estamos ocupados tratando de colocarnos a nosotros mismos.

Dios cambia las cosas mientras esperamos en Él. ¿Estamos cumpliendo el propósito de nuestra creación, es decir, glorificar a Dios?

El signo de que estamos glorificando a Dios no es que seamos felices; la felicidad es infantil, individual y pagana.

Es natural que un niño sea feliz porque un niño no enfrenta los hechos, pero un cristiano que solo es feliz es ciego.

La forma en que la vida de Dios se manifiesta en el gozo es en una paz que no tiene deseo de ser nosotros alabados. Cuando un hombre entrega un mensaje que sabe que es el mensaje de Dios, el testimonio de la realización del propósito creado se da instantáneamente, la paz de Dios se establece, y el hombre no se preocupa del elogio ni la crítica de nadie.

Esa es el gozo en Dios, en la vida de Dios; es una vida inquebrantable, y nunca hay vida sin gozo.

¿Seguimos "al Cordero por dondequiera que Él vaya"? Él nos llevará a través de la oscuridad, a través de valle de sombras, a través de las cosas extrañas y oscuras; debemos seguirlo "por dondequiera que Él vaya".

 

Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas vivas, y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”. Apocalipsis 7:17


Bendiciones

 Tu hermano en Cristo

  Roosevelt Jackson Altez

Magister Estudios Teológicos “Logos Christian University”

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Wednesday, October 4, 2023

Demonios rebeldes

 



Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.

 Marcos 9:29

 

¿Te ha pasado que tus oraciones, ruegos, pedidos parecen caer en saco roto?

Entonces: ¿dónde quedan las palabras de Jesús?: “¿Si puedes creer, al que cree todo es posible”?

¿Hay algún demonio especialmente poderoso, que necesita más oración y ayuno?

Las enseñanzas del Maestro no pueden ser dilucidadas en la primera impresión, en una interpretación sin necesidad de elaborar.

Si bien este demonio estaba poseyendo al muchacho hacía largo tiempo, la liberación pudo ser efectuada por Jesús en el momento.

¿Cuál era la especial preparación que los discípulos debían tener antes de echar fuera demonios?

Comencemos por lo que el Señor les dice, implícitamente, que les falta: Oración y ayuno.

¿Para que nos es útil la oración? Básicamente la pregunta se contesta sola si nos preguntamos a quién oramos. Nuestro contacto con el Creador debe ser íntimo, permanente, hasta llegar a conocerlo en profundidad.

Y no podemos conocer a Dios, si no nos conocemos a nosotros mismos primero, lo que no sucede hasta no acercarnos al trono celestial, y percatarnos de nuestra humanidad, lo que nos lleva a humillarnos, a descender del lugar que creíamos merecer por el mero hecho de ser cristianos.

“Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador” Lucas 5:8.

Pedro lo dice lleno de temor, al igual que los otros que vieron la muestra de poder sobrenatural.

Isaías siente algo más aterrorizador todavía: “Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” Isaías 6:5

En el primer contacto de Israel con Dios, mientras recibía Moisés los mandamientos: “Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos”

Moisés, al estar en frente al Altísimo, y sin saberlo, descendía del Monte con el rostro brillante: “Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él” Éxodo 34:30

Los discípulos convivían con el Señor, eso los llevó a asumir una familiaridad que produjo en ellos exceso de confianza.

A nosotros nos sucede algo parecido. Al coexistir entre hermanos de la fe, al estar permanentemente hablando de temas relacionados con nuestra posición de hijos de Dios, nos elevamos inconscientemente a una posición de confianza, y olvidamos con quien estamos tratando. Eso nos lleva al monte de la transfiguración, a fabricar tiendas para vivir cerca del Amado, sin percatarnos que estamos todavía en el valle, en “este cuerpo de muerte”

El ayuno ayuda a doblegar la carne, a adentrarnos en el ámbito espiritual, en la dimensión donde habita el Señor.

Recordemos que fuimos esclavos de Satanás, que nos conoce, y que no está dispuesto a doblegarse, a obedecer la orden de alejarse, así como así. Si no puede engañar al pecador, tratará de destruirlo, y si tampoco puede, tratará de aterrorizarlo.

No luchamos contra carne y sangre. Nuestra relación con Dios debe ser permanente. En ella entendemos que somos como niños débiles, vulnerables. Somos la manada pequeña.

La limpieza de la inocencia del niño que Jesús puso como ejemplo, debe renacer en nosotros, quitando toda maldad, y mediante la fe en el Hijo de Dios, adquirir la confianza, nacida del temor de nuestra posición, un temor reverente basado en el perfecto amor que recibimos, en la misericordia renovada.

Eso se debe practicar en el valle de sombra y de muerte. Nuestro rostro debe brillar, nuestra presencia debe atemorizar a las huestes espirituales de maldad de las regiones celestes.

Fe. Oración. Ayuno. Acción de gracias.

Permanentemente, porfiadamente.

 

Bendiciones

 Tu hermano en Cristo

 Roosevelt Jackson Altez

Máster en Estudios Teológicos “Logos Christian University”

 

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