Al observar por encima, y sin que sea necesario entrar en
detalles, resulta obvio que la gran mayoría de cristianos practicantes y
miembros de la iglesia poseen una remota idea de cuál es el propósito de la
Iglesia de Nuevo Testamento; es más, muchos tienen puntos de vista
completamente errados del propósito de la misma. Aunque todos sepamos que el
Señor no ha puesto su gente y su iglesia en el mundo para apenas permanecer
¿cuántos miembros viven para sí mismos y no tienen responsabilidades fuera de
las de su propia persona? es decir, su propia satisfacción.
La gran
pregunta que debemos contestar, entendiendo lo que decimos, y sintiéndolo es:
¿por qué hay iglesias en el mundo? Y ¿para qué?
¿cual es el propósito de las Iglesias locales?
Asusta, pero es cierto, que muchísimas iglesias
han olvidado el propósito por el cual fueron fundadas, esto asumiendo que sean
las mismas que el Señor Jesús dejó, la piedra de Pedro, las que las puertas del
Hades no pueden afectar.
Pero reconozcamos que muchas están
muertas. La razón de este lamentable estado
puede rastrearse, y nos lleva a los miembros de las mismas. Algo obvio, ya que eklesia
es asamblea y no está formada por otra cosa que los cristianos que la integran.
Es como dijo un Pastor en un funeral: “Este
cuerpo ha estado en la iglesia por cuarenta años”.
Si el miembro está muerto espiritualmente, la
congregación también lo está.
Entonces:
¿nuestro concepto de iglesia, de acuerdo a lo expresado en el Nuevo Testamento,
es el verdadero? Muchos no lo entienden.
Y si hay una cantidad considerable que desconocen esta verdad,
evidentemente que sus iglesias, como un todo, tampoco lo comprenden, de lo
contrario no vivirían ni actuarían como lo hacen. Pero las Escrituras atestiguan sin lugar a
dudas sobre nuestra misión. ¿Es confusa la comisión dejada por el Maestro de
Galilea?
Si somos
cristianos, es porque aceptamos al Señor, hicimos nuestra confesión de fe, y
nos volvimos discípulos. Debemos preguntarnos: al no cumplir con el propósito
para el que fuimos creados colectivamente ¿no somos culpables delante de Dios?
Todos sabemos que sí.
Repensemos
la iglesia a la que pertenecemos por un minuto. Y no busquemos la paja en el
ojo ajeno. Honestamente, nuestras acciones, nuestra intervención, el
comportamiento como integrantes, ¿no se parece mas a un club social? O.. ¿ no
estamos tratando de modificar comportamientos políticos, militando en los
asuntos del mundo?
Pero ese no
es el principal cometido de la Iglesia del Señor, el Cuerpo de Cristo (en caso
de que lo hayamos olvidado, El es la cabeza y nosotros el cuerpo). Eventualmente, todos los sectores de la
sociedad serán afectados por el
ministerio fiel de la Iglesia
Respondamos
a estas preguntas negativa y positivamente. Vamos a empezar por lo que no
somos.
I.
No vivimos para nosotros –o no deberíamos.
Muchos
creemos que vamos a la iglesia y nos congregamos para nuestro propio beneficio,
y que el cometido de la iglesia es el hacernos felices. Esperamos ser satisfechos en nuestro ego,
somos exigentes
nos enojamos. En las que los miembros se comportan de esa forma y la
iglesia vive para entretener y conformar, es lógico que poco y nada sea
logrado. Es una iglesia carnal. Ese tipo
de congregación siempre tendrán los edificios mejores y más confortables, el
mejor piano, las mejores voces, los sermones más pulidos, y la más floja de las
disciplinas. Son las iglesias más mundanas y carnales y harán poco o nada para
la Gloria de Dios
Algunas
agendas de éstas aparecen en las noticias locales. Parecen un anuncio de obra
de teatro o un calendario de club
social, hay películas, juegos y entretenimientos, almuerzos de camaradería,
desayunos “de trabajo” y opíparas cenas. Son los que los que Pablo dice en la
Carta a los Filipenses 3:19 “cuyo
dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
Otras congregaciones organizan permanentemente concursos u otros eventos que
mantengan a sus miembros interesados para que no dejen de asistir. Este
tipo de actividades mata la espiritualidad al alimentar el cuerpo y satisfacer
los deseos carnales de sus miembros. Estes, Si un dia son llamados a hacer algo basado en Escritures, se van.
Y si, si la iglesia comienza un programa de severo
estudio bíblico, ayuno, oración, muchos se retirarán, éstos nunca serán de
provecho para el Cuerpo de Cristo en ninguna circunstancia, Pues el centro de
atención no son ellos.
Si son alimentados, será la levadura que leuda toda la
masa con su mundanidad y egoísmo.
Esto no es para lo que hemos sido llamados.
(Continuará)
(Extraído,
traducido y adaptado de: http://www.pbministries.org/Theology
Tu hermano en Cristo
Roosevelt