Tuesday, July 3, 2012

¿Cómo orar?



                                                           ¿Cómo orar? 

Se nos ha dicho que Dios responde a las oraciones, considerando que el silencio es, a veces, respuesta. Acudimos a Él en momentos de angustia, de dolor, de pesar, cuando en realidad necesitamos ayuda, cuando ya no podemos valernos por nosotros mismos, o cuando nuestros semejantes, incluído medicos y abogados, no nos pueden auxiliar. Jesús oraba constantemente, y de seguro no necesitaba sanar una dolencia corporal ni arreglar una transaction legal. La necesidad de Dios Hijo era estar en comunicación con Dios Padre. Si estuviésemos viviendo en los tiempos del Antiguo Testamento seguro tomaríamos frases, modelos de oración de los salmos, allí los autores piden ser liberados de los enemigos, los malos, de la enfermedad, de la plaga, ser protegidos, ser limpios de pecado. Pedidos de toda índole para nuestras personas y para nuestra familia y semejantes afloran a nuestros labios en la oración, y comunmente relegamos magnificar a Dios o lo pasamos por alto, pensamos ¿para qué? si el ya lo sabe. Si leemos atentamente los ciento cincuenta salmos, vemos que es abrumadora la preocupación del salmista por adorar a Dios, por confesar las culpas, por agradecer por los beneficios recibidos. En el Nuevo Testamento, los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar. Y El les da el Padre Nuestro. Y si analizamos rápidamente lo que la oración modelo (no absurda repetición) contiene vemos que lo primero que hace es exaltar a Dios, “Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre. Sigue: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” El Maestro, quien acerca el reino a nosotros, enseña que es Dios que se acerca a nosotros, y lo debemos pedir constantemente, y que es la soberana voluntad del Padre la que debemos esperar que se cumpla en nosotros, por encima de todos nuestros pedidos, nuestras necesidades, nuestras ansias y emociones. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, Dios ha prometido que no nos faltará el alimento diario, por lo que no debemos preocuparnos por el día de mañana, incluso el salmista afirma que se ha hecho viejo y no ha visto justo desamparado, ni herencia que mendigue pan. Aunque podemos pedir más que lo necesario para el diario vivir, debemos cuidar de no pedir lo que no necesitamos, lo que sirve para satisfacer nuestras ambiciones egoístas, no porque Dios no nos vaya a otorgar lo que pedimos, sino porque muestra las intenciones de nuestro corazón. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” Esta enseñanza no solo está en la oración modelo, es permanente en el evangelio, debemos perdonar para ser perdonados y seremos medidos con la misma medida que nosotros usamos para medir. “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”, la tentación es permamente, ya Dios le advertía al primer hijo de hombre y mujer, a Caín que el pecado estaba a la puerta, y que si no lo controlamos, se adueñará de nosotros. Concluye la oración modelo con el reconocimiento de la total soberanía de Dios sobre su creación: “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén






Hemos consultado, entre otros, a los siguientes autores, para responder a las preguntas: Edward Bounds, J.I. Packer, Ernesto Trenchard, R.C Sproul, Josh McDowell.






Con agrado recibiremos tus comentarios. Nos ayudarán a mejorar nuestras respuestas a tan difíciles preguntas sobre Dios, la fe, la vida eterna.






Tu hermano en Cristo






Roosevelt Altez


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