Tuesday, July 3, 2012

Si Dios es Todopoderoso: ¿porqué permite el sufrimiento?


Si Dios es Todopoderoso: ¿por qué permite el sufrimiento?
Esta es una pregunta cuya respuesta es difícil de aceptar para aquellos que no creen que la BIblia sea el libro inspirado por Dios, y escrito por cuarenta autores en un lapso de mil quinientos años. La razón es que Dios habla a través de las Sagradas Escrituras y en ellas se expone claramente el porqué del sufrimiento.
Pero comencemos con dos ejemplos, y éstos derivados de dos preguntas. La primera: ¿los niños nacen buenos o malos? Muchos pueden responder que el niño es bueno y se hace malo. Observemos la conducta de cualquier pequeño y fácilmente deduciremos que hace mal sin haber aprendido a hacerlo. Cuando no tienen más de tres o cuatro años, patean, escupen, desobedecen constantemente, no quieren comer, quieren hacer lo que a ellos les place, les dan berrinches, chillan como desaforados, se tiran al suelo, se enojan.
El segundo, supongamos que soy un o una adolescente sensible y que sufre por la maldad humana. Entonces planteamos, está bien, le pediremos a Dios que acabe con la maldad, pero como Dios es Perfecto, acabará con toda obra de maldad, de acuerdo a sus altos, perfectos parámetros. Entonces ya nadie podrá fumar, nadie podrá relacionarse sexualmente sin casarse o fuera del matrimonio, nadie podrá beber para emborracharse, nadie podrá tomar drogas, nadie podrá insultar, ni decir palabras obscenas, ni altisonantes, nadie podrá enojarse cuando le dicen algo que le duele, aunque sea verdad. Y podríamos seguir indefinidamente.
Estos dos ejemplos nos muestran que el ser humano, aun antes de aprender nada es malo, o en otras palabras, nace naturalmente en pecado y para pecar, y su concepto de la maldad a ser erradicada es parcial. Digámoslo con un ejemplo, una relación sexual fortuita, deja una muchacha embarazada, como no puede abortar, tiene una niña que regala y que a su vez termina en un orfanato, esta niña es abusada cuando muy joven, con violencia, a tal punto que es dejada por muerta en la calle. Esos mismos jóvenes, es decir su generación censurará y acusará a Dios del brutal acto de maldad, pero no dejarán de hacer lo que ellos quieren, en lo que encuentran pasajera satisfacción, lo que se les antoja
Ahora a la respuesta. Desde el punto de vista bíblico, el sufrimiento está íntimamente relacionado con la caida, y la maldición consecuencia de ella. No existía el sufrimiento antes del pecado. Si todos sufrimos, es porque todos estamos siendo juzgados por nuestra maldad. Dice el autor de Romanos que “la creación aguarda con ardiente anhelo la manifestación de los hijos de Dios”…” aun la creación misma será librada de la esclavitud de la corrupción, para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.
La Biblia Plenitud lo explica de esta forma: “Todo el universo creado ha sufrido las consecuencias del pecado humano, y ha estado sujeto a contaminación, futilidad y corrupción. Sin embargo, ese proceso de deterioro es sólo temporal, porque Dios ha provisto esperanza y liberación”

En otras palabras, hay un propósito en permitir el sufrimiento, y es el de perfeccionarnos. Si no hubiera pecado en el mundo, no habría sufrimiento, pero eso sabemos que, por ahora, es imposible.
Tampoco el sufrimiento puede atribuirse a la maldad heredada o a un comportamiento particular en algún momento de nuestra vida. Lo sabemos porque Jesús lo declaró al contestar la pregunta de uno de sus discípulos: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él”
Ante el sufrimiento de Job nos quedamos asombrados y nos preguntamos cómo Dios pudo permitirlo, y no solo permitirlo, sino inducirlo. Los amigos del patriarca también se confundieron, le decían: Tu sí que la estás pasando mal Job, eso indica que has pecado muchísimo, que eres un miserable pecador aunque te la das de santo varón. Pero la Biblia indica claramente que ese no es el caso, si bien hay una directa relación entre el que hace mal y las consecuencias personales, muchas veces el dolor, el sufrimiento es parte del todo social en el que estamos envueltos.
Una última puntualización, si estamos alejados de Dios no pidamos que sea misericordioso con nosotros ni con los demás. El Salmo 14:1-3 advierte: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. El Señor miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”
Si tu o yo decimos que no hacemos mal, estamos declarando que Dios miente, yo al menos, no me atrevo a afirmar que soy perfecto.
Y finalmente nada hacemos para que Dios no juzgue al mundo, Tal como lo expresa el pasaje de Exequiel 22:30: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”
La pregunta que responde a la interrogante arriba formulada es: ¿Qué hemos hecho nosotros para terminar con la maldad del mundo; estamos tratando de vivir santamente, de comenzar por casa? Cuando contestemos honestamente que hemos tratado, que hemos intercedido por nuestra familia, por nuestro país, por los desconocidos que se pudren en el infierno de las drogas, por los que no creen y que como consecuencia se perderán eternamente, cuando seamos compasivos con los que nos odian, porque no saben amar, entonces podemos preguntarle a Dios porque permite el mal.
Hemos consultado, entre otros, a los siguientes autores, para responder a las preguntas: Ernesto Trenchard, J.I. Packer, R.C Sproul, Josh McDowell.


Bendiciones
Te saluda
Tu hermano en Cristo
Roosevelt Altez

www.iglesiaheroesdelafe.org
email: raltez@gmail.com








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