Para ser rey se nace,
si no lo creen pregúntenle al príncipe William, que puede llegar a ser el
próximo rey de Gran Bretaña, o príncipe de Gales.
En Inglaterra, los
varones (y las mujeres cuando no hay varones), descendientes directos del rey o
la reina deben estar preparados para ser reyes. Esto es porque, potencialmente,
se pueden convertir en rey o reina en cualquier momento.
Los varones de la
corona británica nacen para ser reyes. Es derecho de nacimiento.
El rey es monarca absoluto,
soberano, y su reinado cesa si abdica, es decir, si lo pasa al siguiente sucesor,
o por supuesto, si muere.
Leyendo
un devocional donde el autor analiza la afirmación: “para eso he nacido” caímos
en la cuenta de que muchas veces en nuestra mente las prioridades o los
conceptos están mezclados, o hemos dado por entendido asuntos que significan
otra cosa.
El salmo 22:3 dice: “Tú
eres Santo, tú eres rey”
Tú
te preguntas: ¿Adónde quiere llegar éste con tanta palabrería sin sentido?
Pero
déjame confundirte un poco más antes de que salgamos juntos de este lío.
Jesús
crucificado es una imagen común en las sociedades, sobre todo las de occidente.
Se le ve colgado al cuello de muchísimas damas, y de hombres también. Algunos
usan enormes crucifijos de oro, más por vanidad que por lo que representan. En
escenas de películas apenas restringidas cuelgan cruces de cadenas en los
exagerados escotes, donde jamás alguien se hubiera imaginado que podía exhibirse
la imagen del atormentado Siervo de Dios.
Y
el asunto es que, en todo este comercio ateo de la imagen visible de Dios Hijo,
hemos dejado de lado, perdido de vista, la razón de la venida de Jesús al
mundo.
Leamos
juntos este pasaje:
“Le dijo entonces Pilato: -¿Luego, eres tú rey?
Respondió
Jesús: -Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido
al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye
mi voz.”
Jesús
no dice que vino a ser crucificado, Jesús afirma que nació para ser Rey.
-¡Atención! Gritamos.
El hombre que está diciendo esto está a punto de ser
crucificado, y lo sabe. No hay razón para que un condenado a muerte, a escasas
horas de su ejecución, afirme que ha nacido para ser rey. Pero llama la
atención que lo diga, cuando es evidente que no hay tiempo para que sea coronado
y menos que ejerza su soberanía.
Entonces ¿por qué dice que ha venido a dar testimonio de
la verdad?
Volviendo
a William, el príncipe de Gales, él va a ser rey en esta tierra, en su Gran
Bretaña, es suya por derecho de nacimiento.
Entonces
¿Cuál es el reino, tiempo de reinado y soberanía de Cristo?
(En
este momento nuestra confusión crece, pero también empieza a hacerse la luz en
nuestras ocupadas mentes)
-Cristo es Rey.
-No me digas.
-¿Un rey crucificado? -Mira los que están parados a los
pies de las tres cruces. Se están burlando. Están jugando a los dados,
apostando sus ropas.
-¿Rey?
Aclaremos.
Usando
un pasaje del Antiguo Testamento, Jesús dice que quien lo mire (crea en Él) será
salvado de la muerte.
Dice
así: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que
el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:14-15
Jesús,
en su muerte, vence a la muerte, que era la que reinaba hasta ese momento. Su
poder sin límites naturales ni sobrenaturales, otorga a sus súbditos, a los que
creen, vida eterna.
Un
rey tiene el poder para perdonar a un reo de muerte, es su potestad.
Salvo
que en este caso, el rey no está sentado en su trono, está colgando de un
madero.
-¿Extraño?
Hemos colocado a Jesús, en su papel de sacrificado por
encima de su papel de rey. Y la crucifixión fue un hito, un acto de justicia,
en su camino a la toma del Poder Absoluto.
Dice
Filipenses 2:8-10: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios
también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra”
Apocalipsis
11: 15 dice: “…Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su
Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”
Y
el Salmo 132:11 dice: “El Señor le ha hecho a David un firme juramento que no
revocará: «A
uno de tus propios descendientes lo pondré en tu trono”
Y
en el versículo 17: “Allí haré retoñar el poder de David; He dispuesto
lámpara a mi ungido”
La Cruz, símbolo de tormento, muerte, y maldición es en realidad, la
asunción al poder de Cristo.
Por eso dice: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos
todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,
que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y
despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando
sobre ellos en la cruz” Colosenses 2:13-15
Claro, nuestra finita, limitada, orgullosa mente, no lo puede entender a
cabalidad.
Pero para deglutirlo lentamente, dejemos “picando” este versículo, ya
que fueron palabras pronunciadas por Jesús luego de su resurrección:
- “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en
el cielo y en la tierra” Mateo 28:18
Te saluda
Tu hermano en Cristo
Roosevelt Altez
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