“Y el que causare lesión en su
prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente
por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él”
Leviticus 24:19-20
Algunos de nosotros
podríamos sentirnos tentados de tropezar con este tipo de declaración en la
Biblia, considerándola demasiado dura y vengativa. Sin embargo, este principio
del Antiguo Testamento no se trata de obtener una venganza ilimitada contra un enemigo.
Más bien, tiene la intención de asegurar que el castigo por un crimen se ajuste
y no supere el daño causado. Es una protección contra ir demasiado lejos en la
venganza, al tiempo que se asegura que se haga justicia.
La ley del talión, o Lex Talionis,
(Latín) del “talis”: idéntico.
Está inscrita en el código de
Hammurabi
O sea, cuando se escribió la Biblia,
la ley ya era aplicada en civilizaciones vecinas
Está mencionada en la Tabla VIII de
la Ley de las XII tablas de los principios del derecho romano. EL derecho
romano, muy posterior, la tomó y aplicó en el imperio
En muchas naciones no
entenderían, y de hecho están perplejas, por la incapacidad de la cultura
occidental de equilibrar el crimen con el castigo. Por ejemplo, imagine que
alguien roba millones de dólares a través de un elaborado plan que lleva
décadas. Después de meses de pasar por el sistema legal, esa persona probablemente
será condenada a muchos años de prisión. Y sin embargo, las innumerables
víctimas del crimen siguen sin recuperar su dinero. Desde la perspectiva de las
Escrituras, el criminal debería tener que trabajar duro hasta que haya pagado a
todos lo que se le ha quitado. De esa manera, el castigo estaría a la altura
del crimen.
Para que se haga
justicia, el castigo debe tener lugar. Y todos anhelamos una justicia de este
tipo, en lo más profundo. Al discutir la necesidad en películas y dramas de un
final satisfactorio para protagonistas y sus debilidades, la productora
ejecutiva Sara Colleton, comentó: "Ya sea que quieras llamarlo
retribución, lo cual es un poco demasiado bíblico para mi gusto, hay una
necesidad de juicio moral que se acumula en estos personajes, de la cual no
pueden escapar"
El hecho de que sepamos que se necesita hacer
justicia es una indicación de que fuimos creados por Dios como seres morales.
Todos existimos con una conciencia interna de "deber ser", sin
importar cuánto algunos intenten negarlo.
Sin embargo, en la Biblia, la justicia final se
cumple de una manera completamente inesperada que satisface no solo nuestro
deseo de justicia, sino también nuestro deseo de aceptación. Aunque somos los
criminales que merecen juicio, alguien más tomó todos nuestros andrajos de
inmoralidad, corrupción e indiferencia religiosa. El castigo apropiado por
nuestro crimen era la muerte, pero Jesucristo, el Hijo de Dios, soportó ese
castigo en nuestro lugar y, en cambio, nos vistió con las credenciales
necesarias para vivir como Sus embajadores y morir como Sus amigos.
Si has tomado posesión de esas vestiduras
justas, nunca olvides que no las mereces. Hoy, regocíjate nuevamente en la
gracia de Dios. Su venganza justa se ha satisfecho a través de Cristo. Así como
has hecho, así se hizo a Jesús.
Su castigo se ajustó a tu crimen. Y ahora tu
Juez te recoge en Su abrazo amoroso y te llama Su hijo. El cristiano nunca
puede ser otra cosa que profundamente humilde, y sin embargo, el cristiano
nunca debe sentirse de otra forma, al saber que, escondido en Cristo, está
seguro y es amado.
Traducido y adaptado de un devocional de Truth
for Life, Alistair Begg
Si te gusta, comparte.
Tu hermano en Cristo
Roosevelt Jackson Altez
Puedes comunicarte con nosotros a:
edicionesdelareja@gmail.com
No comments:
Post a Comment