Monday, July 3, 2023

іOh, insensatos!



іOh, insensatos!

La Palabra insensatos en Griego es: ἀνόητοι, transliterado anoētoi.  (de noiéō, "pensar"  sin la particular negative “a” (Ej; anormal, no normal) – propiamente: no pensar, no razonar.

Inconsciente, lo que describe actuar sin pensar, descerebrado, despistado, o lisa y llanamente: estúpido. Otras de las características que identifican a estas personas son: la falta de buen juicio, prudencia y sabiduría.

Pablo, el apóstol, se enojó enormemente con los gálatas, y los llamó insensatos, en el Capítulo tercero de la Carta.

Al comenzar a escribir, ya sabía de la soberana estupidez de esa iglesia. Mejor veamos de que se trata,

El recibir el consejo sabio o la sabiduría, por ejemplo, que la naturaleza nos muestra todo el tiempo, nos ahorra muchos problemas, no sólo en lo personal, sino también colectivamente.

Admitámoslo, todos hemos sido insensato en un momento u otro. Todos hemos actuado sin pensar en las consecuencias, siguiendo a nuestro juicio, que erróneamente nos llevó a tomar una acción que, aparentemente, era sensata.

Vayamos al desarrollo de la carta y cual fue la insensatez a la que se refiere el autor.

Primero, les advierte que el no es maestro por decisión propia, pero un apóstol que, como los doce, recibió su comisión, (fue comisionado) no por ningún ser humano, organización o élite religiosa, sino directamente de Dios, a través del Señor Jesucristo. Y si lo aclaró al principio, fue porque su autoridad estaba en tela de juicio, había sido socavada en su ausencia, ya veremos por quiénes.

Y Pablo no fue el primero en reprender este tipo de actitud.

El propio Jesús apuntó a la insensatez de otros, unos años antes:

“Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.” Lucas 24:25-27

Los discípulos que iban por el camino de Emaús eran creyentes, es decir, habían estado con el Maestro. Se les había referido el descubrimiento de la tumba vacía. El Cristo resucitado les refirió las Escrituras desde Moisés a los profetas, que anunciaban su venida, su sacrificio y su resurrección. Aún así no lo reconocieron, ni entendieron la diferencia entre un salvador terrenal, guerrero, que los hubiera librado del yugo del imperio romano, y el Salvador del Mundo, que los libraba de la esclavitud espiritual, de la muerte, y les ofrecí la vida eterna.

Luego, cuando se sentó a la mesa con ellos, y Él les mostró mediante la bendición del pan, al desaparecer, ellos comentaron: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Lucas 24:32

Es decir, sus corazones les venían anunciando, desde que se les unió en el camino, que Él era Jesucristo, el hijo de Dios; pero ellos, usando la razón, escuchando las noticias del pueblo de aquel varón profeta, poderoso en obras, que crucificaran, no veían más allá de sus narices.

Pablo reprende a los Gálatas, refiriéndose a la verdad: “¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano?

El Espíritu les había mostrado el camino, la verdad y la vida, pero ellos, una vez alejados del apóstol, portador del mensaje, se volvieron al mundo, a otras voces terrenales que rápidamente los engañaron.

Pablo, como Jesús, también les refirió las Escrituras, les habló de Abraham, del propósito de la ley, de Sara (la promesa) y de Agar la esclava (la carne).

Les dijo que permanecieran firmes en la libertad de Cristo, que no volvieran a la esclavitud de la ley.

Les reconvino a andar en el Espíritu: “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí…” Gálatas 5:17

Y ya, cansado de tanta palabrería, concluyó: “De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.” Gálatas 6:17

Les dijo, en otras palabras: porque no soy Jesús no me creen, pues yo traigo conmigo las marcas, internas y externas, del Maestro.

Hoy el mundo nos encierra, estamos detrás de las líneas enemigas, del momento en que nos levantamos hasta que nos vamos a la cama.

Entonces meditemos en la palabra, y cuando el Espíritu se manifieste en nosotros dejemos que arda nuestro corazón hasta consumir las impurezas, resaca que este siglo le agrega a nuestra mente cada minuto. La fe, mas valiosa que el oro, debe depurarse en la Palabra de Dios, cada dia, cada minuto.

Mantengamos las lámparas encendidas y suficiente aceite, unción de reserva para que no se apague el amor de Cristo.

El Señor está a las puertas.

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Tu hermano en Cristo

 

Roosevelt Jackson Altez

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