Apocalipsis Zombi
Un detallado artículo,
publicado en “Phychology Today”, fechado en Noviembre 3, 2020, explica el
porqué es imposible que un ser humano pueda volverse un zombi, carente de
conciencia. Dentro del contenido del mismo se resume la idea de esta imposibilidad
en un comentario de Michael Graziano, que es parte de su trabajo “Repensando la
conciencia”
Dice así: “La teoría
del esquema que sugiere la posibilidad de zombis admite que, tal vez, un zombi
podría ser construido artificialmente o evolucionar en otro planeta. Sin
embargo, si la teoría es correcta, nunca podríamos convertir a una persona
normal en un zombi filosófico que camina y habla, al quitarle una parte del
cerebro de esa persona. No podríamos eliminar la conciencia sin dejar a la
persona incapaz de funcionar en la vida cotidiana”.
En otras palabras, el humano
es un ser social y pensante. El funcionamiento de la conciencia envuelve una acción
neuronal continua que no entendemos, pero que es imprescindible para
comunicarnos y para funcionar internamente. No puede contagiarse el hombre y perder absolutamente su conciencia.
Otra consideración: ¿Dónde
nace la concepción, ficticia por supuesto, de los zombis?
El mito de los zombis
proviene de diversas fuentes culturales e históricas. Una influencia
significativa es la religión Vudú en Haití y el Caribe, que tiene creencias en
espíritus, magia y la reanimación de los muertos. Estas creencias se mezclaron
con elementos culturales africanos, indígenas y europeos. Y de ahí al cine y a
la creencia popular, irracional y necia.
Estamos llegando al
punto que nos interesa. Al ser humano, y a su origen.
No abordaremos el
asunto bajo la absurda teoría de la evolución.
Es tema es sumamente
serio para divagar en supuestos insostenibles.
Somos seres creados. Y
somos creados a imagen y semejanza de Dios, espiritualmente hablando.
Nuestro cuerpo, ese
que aparece en las representaciones de los zombis como muerto, pero todavía “vivo”
es originado en inventos, bajo efecto de las drogas, o sugestión colectiva, religiones,
o fuentes similares, paralelas, que asumen que los vivos pueden morir a medias,
y tornarse amnésicos, agresivos e inconscientes.
Y tiene sentido por al menos dos razones:
1ro) El hombre no quiere, se niega a morir. Por supuesto que después de dejar la vida, desaparece su consciente, su actividad intelectual, no le es posible interactuar con seres vivos porque el sistema nervioso que se lo permitía ha sido desconectado. Por lo tanto, toda invención, supuestos, historias, fábulas, mitos, de actividades post mortem, o estado similar, tiene necesariamente que ser inventada y trasmitida antes.
2do) La perversidad de este mundo, los
principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes, están muy interesados en que,
aunque sea ficticiamente, el ser humano crea que los muertos pueden vivir, y
hacer estragos entre los vivos. Quieren vivificar la muerte porque Cristo
rescató al ser humano de ella. “La Santa Muerte” festejan los mejicanos. La
bandera de los piratas: dos tibias y el cráneo. La infinidad de tatuajes,
anillos, collares, de la cabeza humana con las órbitas oculares vacías, y la risa
pelada de las mandíbulas resecas.
La razón del enemigo
del hombre, el diablo, la serpiente antigua, es simple. Pablo, el apóstol, la
responde con una pregunta: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh
sepulcro, tu victoria?
El poder de la muerte
lo tenía el diablo.
¿Por qué? Porque el
tentador de sus hermanos, al tentar a Eva, y al pecar ella, hizo que Dios los
expulsara del paraíso y pusiera término a la vida corporal, “polvo eres y al
polvo volverás”. El maldito fue arrojado a la tierra, y alli se erigio como príncipe de este mundo.
Pero el maligno no contaba
conque, al mismo tiempo que Dios los maldijo los sujetó en esperanza.
El Juez Supremo le
dijo al diablo: “la simiente de esta te pisará la cabeza”
“Porque la creación
fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó
en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud
de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”
Cristo dijo “yo soy el
que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos y
tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Los muertos no
caminan, no se yerguen putrefactos de la tumba. Las personas no mueren a medias,
no se arrastran inconscientes, perdiendo partes del cuerpo, insensibles al
dolor.
Si hay alguien
parecido a los zombis, son los incrédulos. Los que caminan saludables, pero el
día de la muerte son enterrados, se descomponen y vuelven al polvo.
Lo hemos manifestado
porque está escrito: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la
carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el
ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Cuerpo, pertenencias, orgullo,
necedad, riquezas, son y quedan en este mundo.
El espíritu es el que
permanece.
Tú eliges.
Bendiciones
Tu
hermano en Cristo
Roosevelt Jackson Altez M.T.S.
Escríbenos a: edicionesdelareja@gmail.com
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https://iglesiaheroesdelafe.blogspot.com/2023/09/apocalipsis-zombi.html
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