Tuesday, February 14, 2023

El Amor

 

El Amor de Dios

El Amor

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;  no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad.  Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

  1 Corintios 13

 

No hace falta agregar nada a la definición perfecta de un hombre con el cinto y las sandalias bien puestas. Un enviado a pregonar el evangelio con definidas convicciones, capaz de hacerse matar por ellas.

Te invito a que leas de nuevo los versículos de arriba. ¿Listo?

El amor acá definido no es terrenal, no es sensual. Es puro. Es eterno y sobrevivirá a todos los ramos de flores, los mensajes, los corazones animados, los abrazos, el llanto y los besos.

La preeminencia del amor lo hace superior a todo acto, a toda intención.

¿Qué pasa si no tengo amor?

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.  Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.  Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve

Cuando todo acabe, ¿acabará el amor?

El amor nunca deja de ser. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.

Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí.

 Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.

 

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Te saluda tu hermano en Cristo:

Roosevelt Jackson Altez

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