“Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan su
corazón…” Hebreros 3:7-8ª
El rey David, cuando niño, era pastor, el menor de ocho hermanos, de acuerdo a 1 Samuel 16: ‘Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son estos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas.” Y luego: “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos”
En 1 Samuel 17:34-35 el mismo David relata su vida en soledad cuidando las ovejas: “David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.”
David aprendió de Dios al contemplar sus obras en la soledad de las laderas de Israel. Como se expresa en Romanos 1:20: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.
El Salmo 8:1,3-4 dice: “Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!” “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste.”
David le hablaba a Dios, exaltaba sus obras, observaba continuamente la naturaleza y sus maravillas. El pastor no regresaba a dormir con su rebaño en la noche, esa era una buena hora para los animales pastar. Pasaba las nocturnas veladas contemplando las estrellas incontables. En el nacimiento terrenal de Jesucristo, Lucas dice que los pastores estaban en el campo de noche: “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” Lucas 2:8.
El maravilloso universo, visible en la calma nocturna por la cual el Creador habla; y David responde: “Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh, Jehová!” Salmo 92: 4-5.
¿Cómo habla Dios?, en la Carta a los Hebreos, Pablo lo dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”
La mas grande expresión de amor de Dios se manifiesta en el dar a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El crea no se pierda, más tenga Vida Eterna, como está escrito en Juan 3:16.
Pero claro, para recibir el regalo hay que tener un corazón de carne, no de piedra. El ser endurecido, impermeable a todo lo divino, a la verdad del Evangelio, no puede ser acogido por Dios, perdonado y eximido de Su ira.
¿Estás escuchando la voz de Dios? ¿En que te excusas?
Escucha: “…no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”.
Debemos agregar: Se hicieron, (se siguen haciendo) necios, al escuchar la voz de falsos profetas, de dioses creados a la medida de sus deleites y permisividad de sus pecados, al ir detrás de ídolos, como deportistas, cantantes, pensadores, influenciadores (tan de moda) y muchas otras formas de exaltación del hombre.
Tu eliges, y hazlo pronto.
El tiempo se está acelerando, El fin está, coloquialmente hablando, a la vuelta de la esquina.
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Te saluda tu hermano en Cristo:
Rev: Roosevelt Jackson Altez
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