Sunday, May 28, 2023

El Gozo de la Desesperación


 

 Y cuando lo vi, caí a sus pies como si estuviera sin vida. (Apocalipsis 1:17)

 

Quizás, al igual que el apóstol Juan, tienes un conocimiento profundo e íntimo de Jesucristo. Sin embargo, hay momentos en los que Él se presenta ante ti sin ninguna característica familiar. En tales ocasiones, todo lo que puedes hacer es derrumbarte a sus pies, abrumado por Su presencia.

Hay momentos en los que Dios solo puede revelarse en su esplendor majestuoso, y es el temor abrumador de esta visión lo que te lleva a experimentar la extraña alegría de la desesperación.

Si has de ser levantado nuevamente, solo puede ser por la mano de Dios.

 

"Él puso su mano derecha sobre mí."

En medio de este encuentro abrumador, se te otorga un toque y lo reconoces como la mano derecha de Jesucristo. No es una mano de restricción, corrección o castigo, sino la mano derecha del Padre Eterno.

Cada vez que Su mano reposa sobre ti, trae una paz inefable, consuelo y la seguridad de que debajo de ti están los brazos eternos, listos para apoyarte, consolarte y fortalecerte. Una vez que sientes Su toque, nada puede infundirte temor nuevamente.

En medio de toda Su gloria exaltada, el Señor Jesús se acerca a un discípulo insignificante para pronunciar estas palabras: "No temas". Su ternura es inefablemente dulce.

 

¿Realmente lo conozco de esta manera?

 

Considera las circunstancias que engendran la desesperación.

Hay un tipo de desesperación carente de alegría, carente de cualquier vislumbre de un futuro más brillante.

Sin embargo, el gozo de la desesperación surge cuando reconozco que en mí (es decir, en mi carne) no reside ninguna bondad. 



(Estas reflexiones han sido traducidas y adaptadas de temas devocionales de Oswald Chambers.}


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Te saluda tu hermano en Cristo:

Rev: Roosevelt Jackson Altez

 

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